“Estoy hecho polvo por lo que me hice en los 90 y parte de los 2000”. Así se ha confesado Robbie Williams, desvelando las consecuencias que las mismas drogas y excesos que empañaron su carrera han tenido para su salud.
Lo dijo durante una entrevista con “The Sun”, para promocionar un documental de Netflix que lleva su nombre, a través del cual los espectadores pueden conocer más sobre las luces y sombras del intérprete de “Angel”, “Rock DJ” o “Feel”.
Williams, que se autodefine como un “ermitaño feliz” y confiesa que padece “manopausia”, se ha mostrado en los últimos tiempos recuperado de aquel pasado, con 10 kilos menos, músculos cuidados y un mejor estado de salud mental.
“Soy consciente de que tengo una muy buena vida y me siento muy afortunado de contar con mi familia”.
Sin embargo, el cantante, que celebra ahora su medio siglo en este mundo, ha tenido que luchar para, mientras cumplía su sueño de vivir de la música, salir de la pesadilla de esos hábitos.
Y por eso, la suya es una historia de luces y sombras, en la que un ángel, como en su canción, lo ha acompañado.
Robert Peter Williams nació en Staffordshire, Inglaterra, el 13 de febrero de 1974. Hijo de Peter y Janet (de soltera Farrel) Williams, tiene una hermana mayor por parte de madre llamada Sally y ascendencia irlandesa por parte de su abuelo.
Durante sus primeros años, Robbie creció en el pub Red Lion, regentado por sus padres. Después de que estos se separaron, se mudó con su madre y su hermana a Greenbank Road, cerca de Tunstall.
Allí fue donde sintió por primera vez la llamada de lo artístico, porque, mientras estudiaba en la escuela católica St Margaret Ward, participó en varias funciones de teatro estudiantil, especialmente en “Oliver” (musical basado en “Oliver Twist”), interpretando el papel de Artful Dodger.
Ya en su adolescencia, con 16 años, se convirtió en el miembro más joven de la banda Take That, en 1990. Fueron el grupo británico con más ventas desde los Beatles y tienen ocho números uno entre los sencillos más vendidos del Reino Unido.
Sin embargo, Williams, al que la fama lo hizo también descubrir el peligroso mundo de las drogas y el alcohol, dejó la banda en 1995 por problemas con el resto de los integrantes y por buscar una carrera en solitario.
En 1996, el grupo se disolvió oficialmente, aunque se han reunido varias veces y, de hecho, Robbie participó en el reencuentro de 2010.
Aunque la trayectoria como solista de Robbie Williams comenzó en 1996, después de uno de sus procesos de rehabilitación, no fue hasta finales de 1997 que lanzaría el tema que lo catapultó del todo a la fama: “Angel”.
A partir de ahí, la carrera de Robbie ha dado lugar a una amplísima discografía: “Life thru a lens” (1997), “I’ve been expecting you” (1998), “Sing when you’re winning” (2000), “Swing when you’re winning” (2001), “Escapology” (2002), “Live at Knebworth” (2003).
Así como “Intensive care” (2005), “Rudebox” (2006), “Reality killed the video star” (2009), “Take the Crown” (2012), “Swings both ways” (2013), “The heavy entertainment show” (2016), “The Christmas present” (2019).
Sin embargo, su carrera ha estado salpicada en todo momento por los escándalos (ha admitido haberse acostado con unas 100 mujeres) y su lucha contra las adicciones. En el libro “Reveal: Robbie Williams” (2017), de Chris Heath, confesó haber probado al menos Adderall, Vicodin, speed, Seroquel, cocaína y setas alucinógenas, “entre otras cosas”.
Uno de sus apoyos principales para salir de esa espiral fue su actual esposa, la actriz estadounidense Ayda Field, que, a pesar de casi no conocerlo, y de que él se encontrara drogado, decidió quedarse a su lado y cuidarlo durante tres semanas.
La relación entre Robbie y Ayda comenzó en 2006, aunque él la dejó temporalmente debido a su estado de adicción, para volver a buscarla una vez que salió del centro de desintoxicación. La pareja se casó en 2010 y tiene cuatro hijos en común: “El enorme vacío que sentía se ha llenado con cuatro hijos y una mujer”, dijo Williams en su documental.
Y es que, efectivamente, el artista ha desnudado su alma en cada episodio, desvelando los rincones más oscuros de su vida. En sus propias palabras, Robbie ha calificado el documental como “un reloj del trauma”, dijo a “The Times”.
“Hacer el documental ha sido como si pasase por una enfermedad mental muy muy lenta”, explicó, y también lo definió “como ver a cámara lenta un accidente muy traumático en el que estuvieses involucrado”.
Durante uno de sus últimos conciertos, en noviembre de 2023, en Sydney (Australia), Robbie Williams se rompió, confesando al público por qué le costó tanto superar sus adicciones: “Bebía alcohol y tomaba drogas para adormecer el dolor”.
“Tuve que dejarlo porque iba a morirme”, dijo el cantante, y explicó que “cuando dejas de beber, te quedas solo con la persona que realmente eres”. Así, se sinceró: “Pero la persona que yo era estaba deprimida, aislada. Yo no sabía cómo socializar: no sabía cómo ser humano”.
Sin embargo, ahora, presente en Netflix y en los escenarios, parece que Robbie Williams va a soplar las 50 velas entre amor y familia: “Gracias por ayudarme incluso cuando yo no sabía quién era: hoy soy más feliz que nunca”, dijo al público. Que esa felicidad dure muchos más años.
Tras haber derrotado 3-0 a los Rojinegros del Atlas en el Play-In, los Xolos de…
Con la salida del carro del anuncio en el Centro Histórico de Querétaro, comenzaron oficialmente…
Con una ventaja de más de 95 mil votos, Yamandú Orsi, candidato del izquierdista Frente…
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, resaltó que más de 9 mil jóvenes se…
La Cátedra Germán Patiño se ha convertido en un espacio propicio para el encuentro de…
Las madres, padres y tutores deben vincular, en la página de internet de Usebeq del…