Aseguran que el síndrome es la causa más común de parálisis flácida aguda en todo el mundo, que inicia en las piernas y que puede llegar a tener repercusiones en los músculos respiratorios, los de la deglución y los de los movimientos faciales
En Querétaro, el síndrome Guillain-Barré manifiesta un comportamiento “habitual” y, en lo que va de 2024, no se han registrado casos, refirió José Hernández Puga, responsable del Reglamento Sanitario Internacional de la Secretaría de Salud del estado de Querétaro, luego de que, el 5 de marzo, el sector salud de Tlaxcala emitió una alerta epidemiológica ante el incremento de casos en esa entidad.
Ante el cuestionamiento de qué es el síndrome Guillain-Barré, refirió que se trata de una enfermedad que afecta al sistema nervioso periférico y que se asocia a infecciones virales e, incluso, bacterianas, como Citomegalovirus y Campylobacter jejuni.
Expuso que, hasta el momento, se desconoce la “ruta fisiopatológica” o cómo se desarrolla la sintomatología del síndrome. Sin embargo, explicó que los síntomas inician con una parálisis ascendente que primero puede manifestarse en las extremidades inferiores y puede progresar a las extremidades superiores, y, en casos graves, dijo, puede afectar los músculos respiratorios en los que de manera adicional, el paciente, requiere ventilación mecánica.
“Hasta este momento, el único estado de la República que ha tenido un comportamiento fuera de lo habitual ha sido Tlaxcala. En el estado de Querétaro, afortunadamente durante este periodo 2024 no se han presentado casos. Sí debo mencionar que es un padecimiento que se presenta durante todo el año y es parte habitual de las enfermedades que se presentan en el estado”, dijo.
Precisó que, en 2023, la secretaría contabilizó 24 casos en total en la entidad, mientras que en 2022 se registraron 16 y, en 2021, 13.
Detalló que, de los 24 casos del año pasado, se presentaron en pacientes desde un año de vida hasta los 65 y más. Sostuvo que, en la entidad, no se han registrado fallecimientos por dicha enfermedad.
“El grupo más afectado es el grupo de 10 a 14 años, con seis casos, seguido del grupo de 25 a 44 (años), con cinco casos. Esta enfermedad tiene una gama de sintomatología que puede ir desde lo leve hasta lo grave e, incluso, la defunción de los pacientes. Afortunadamente en el estado no se ha presentado ninguna defunción por estos casos”, afirmó.
Protocolo ante posibles casos
1. El médico hace una valoración neurológica para identificar si el paciente presenta una parálisis flácida aguda.
2. Se realizan pruebas de laboratorio, entre ellas, de líquido cefalorraquídeo y electromiografías que ayudan a distinguir si se trata del síndrome o de otra enfermedad.
“La terapia se hace a través de varios especialistas. La evaluación inicial se puede realizar a través de medicina general, en las unidades de atención primaria, a través de esta vigilancia especial de las parálisis flácidas agudas. Posteriormente, este paciente es referido a las unidades de segundo nivel, donde tanto infectólogos como neurólogos y epidemiólogos hacen la valoración integral del caso (…) para determinar la posible causa e iniciar los tratamientos correspondientes”, apuntó.
Sobre cuántos casos tendrían que presentarse para que se active una alerta sanitaria, Hernández Puga señaló que el comportamiento de este tipo de enfermedades se establece a través de varios análisis epidemiológicos.
Indicó que los canales endémicos son uno de los instrumentos que se emplean y permiten conocer la incidencia, es decir, cuántos casos nuevos se presentan de forma habitual en el estado.
“Ya con eso se define un rango máximo y mínimo, y con el paso de los años se va fortaleciendo ese registro. Con un registro de cinco o siete años se puede generar el canal endémico y podemos determinar, gracias a este y otros instrumentos, cuál es el comportamiento habitual y cuándo se supera el umbral epidémico; justamente esa tasa que nos indica que sobrepasa ese número esperado es cuando ya podemos tomar acciones específicas”, enfatizó.
La causa más común de parálisis flácida aguda
Yamil Matuk Pérez, médico especialista en neurología y alto especialista en enfermedades neurodegenerativas, profesor titular de la materia de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), confirmó que el síndrome Guillain-Barré es la causa más común de parálisis flácida aguda en todo el mundo, que inicia en las piernas y que puede llegar a tener repercusiones en los músculos respiratorios y en los músculos de la deglución y de los movimientos faciales.
“El estado de Tlaxcala lanza una alerta epidemiológica por el aumento de casos de este síndrome que ya para el día 20 de marzo, si no mal recuerdo, tenían aproximadamente 66 casos sospechosos. Tengo entendido que, de esos 66 casos, tenían 26 casos ya confirmados”, añadió.
Precisó que se trata de una enfermedad autoinmune que tiene relación con enfermedades infecciosas previas que pudo sufrir el paciente de tres a cuatro semanas antes de presentarse el síndrome, entre ellas, infección gastrointestinal (gastroenteritis o diarrea por la bacteria Campylobacter jejuni), infecciones respiratorias, SARS-CoV-2 (Covid-19), dengue, zika o chikungunya.
Subrayó: “Se dice que el 76 por ciento de los pacientes que tienen Guillain Barré reporta algún proceso infecciosos previo”, y, de estos, “35 por ciento reporta infecciones respiratorias agudas y el 27 por ciento gastroenteritis o diarreas”.
“Después de un proceso infeccioso, ya sea respiratorio o gastrointestinal, las defensas después de atacar a estos virus o bacterias se quedan reconociendo algunas proteínas de la estructura de estos microorganismos y, de pronto, el microorganismo se elimina del cuerpo de la persona y las defensas se confunden y atacan a los nervios del cuerpo, puesto que algunas proteínas o estructuras de los nervios del cuerpo se parecen a estos microorganismos. Los pacientes empiezan a ponerse débiles e inician generalmente por los pies, por eso se dice que es una parálisis flácida ascendente”, narró.
Llaman a abatir subregistro y subdiagnóstico
Tras puntualizar que en el sistema de salud pública se debe abatir el subregistro y subdiagnóstico de la enfermedad, mencionó que la mortalidad es del cinco por ciento de los casos en pacientes mayores de 50 años.
“Yo fui neurólogo del Hospital General de Querétaro varios años y teníamos un número de casos del síndrome que seguramente obedecen a dos a cuatro casos por 100 mil habitantes. Es importante que de repente hay subdiagnóstico, porque el síndrome no siempre se presenta con una parálisis flácida ascendente que llega a la intubación de un paciente; tiene diferentes variantes clínicas y en muchas ocasiones, estos pacientes no son diagnosticados desgraciadamente y, por lo tanto, no reciben tratamiento y pueden llegar a tener secuelas neurológicas y no son tomados en cuenta como parte de las cifras epidemiológicas”, afirmó.
Se puede disminuir probabilidad de padecer el síndrome
Ambos especialistas coincidieron en que, en México, durante la temporada de calor puede incrementar el número de casos como resultado del aumento de las enfermedades diarreicas. Además, indicaron que los hospitales públicos y privados cuentan con especialistas, tratamiento y medicamentos para la atención de los casos.
Enfatizaron que la probabilidad de padecer el síndrome disminuye si se previene el padecimiento de enfermedades infecciones por medio de las siguientes medidas:
– Lavado de manos
– Higiene de los alimentos
– Desinfección de frutas y verduras
– Preferir la preparación de alimentos hervidos, cocidos o asados
– Evitar el contacto con personas que presenten síntomas respiratorios
– Evitar picaduras de mosco
“No podemos predecir quién va a tener o no este tipo de padecimientos (…) lo importante es que cuando se tengan los síntomas se atiendan de forma inmediata, no esperar, porque eso sí puede favorecer a que los cuadros se agraven y se requiera una atención más compleja”, añadió Hernández Puga.