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España y Alemania, las favoritas de la Euro

Tras la primera ronda de la Euro, la roja y los germanos son los únicos que han cumplido con lo que se espera de ellos como selección, mientras que los otros calificados a octavos han dejado mucho que desear

España y Alemania, únicas de las grandes selecciones que han cumplido con el expediente gracias a un futbol a ratos brillante y contundente, afrontarán los octavos de final como el espejo en el que debería reflejarse el resto de equipos con nombre cuyo paso por la fase de grupos ha estado marcado por la ordinariez, la lluvia de críticas y hasta la irrelevancia: Francia, Inglaterra, Portugal, Bélgica, Países Bajos e Italia no son los mismos de tiempos pasados no muy lejanos.

La roja, lo mejor de la primera fase

Pocos esperaban que los hombres dirigidos por Luis de la Fuente fueran los mejores de la primera fase, pero España es la única de las 24 selecciones que lo ha ganado todo con números irrefutables: nueve puntos de nueve, cinco goles a favor y ninguno en contra. Nunca antes en la historia de la Eurocopa, presentó semejantes credenciales tras sus primeros pasos en la competición. Y, lo mejor de todo, con una propuesta atractiva con la que se ha postulado como uno de los candidatos a ganar la Eurocopa.

Su rival en octavos será Georgia, a priori asequible para los intereses de España, que superó con fortaleza a Croacia, Italia y Albania. Se verán las caras en la parte dura del cuadro con un equipo peligrosísimo en el que brilla Khvicha Kvaratskhelia, bien acompañado por el máximo goleador de la competición, Georges Mikautadze (con tres tantos), y por el portero del Valencia, Giorgi Mamardashvili.

Alemania, local y favorito

Alemania, que, aunque bajó un poco el nivel en el tercer encuentro que empató ante Suiza, se mantiene en lo más alto como uno de los favoritos. Tiene un 11 muy reconocible, con nombres en un más que aceptable estado de forma en el que Toni Kroos es la cabeza visible. Ilkay Gündogan, Florian Wirtz y Jamal Musiala tendrán la responsabilidad de marcar el paso de su equipo ante Dinamarca.

Lo tendrán que hacer, probablemente, sin el lesionado Antonio Rüdiger, clave en la defensa germana, mientras que Dinamarca no podrá gozar de su principal atractivo, Morten Hjulmand, fuera por sanción. El combinado escandinavo, con un buen futbol asociativo en el que Christian Eriksen mantiene el nivel, tendrá opciones si consigue paliar su falta de contundencia arriba, donde Jonas Wind y Rasmus Hojlund aún andan desaparecidos en combate.

Francia y Bélgica, sin estar en su mejor momento

Francia y Bélgica disputarán el partidazo de los octavos de final. No llegan en su mejor momento, sobre todo, el combinado de Didier Deschamps, superado por Austria en su grupo y finalmente segundo clasificado. Nada parece funcionar en el conjunto galo, envuelto en jaleos extradeportivos desde antes de que echara a rodar el balón.

Y, mientras, mostró un futbol paupérrimo, alejado de aquel con el que ganó el Mundial de Rusia 2018 pese a tener nombres de nivel como Dembélé, Griezmann, Koundé, Camavinga e incluso Kanté, el único que ha salvado su honor con grandes actuaciones. Mbappé, casi desaparecido por su fractura en la nariz, es el único que ha marcado gol.

Su rival, Bélgica, anda en parecida situación. El final de la “generación dorada” se acerca y está ante sus últimos estertores. Irregular como en el Mundial de Catar, pasó por los pelos a octavos de final pese al desacierto del gafado Romelu Lukaku, incapaz de dar en la diana. Solo Kevin de Bruyne mantiene el nivel y puede levantar a un equipo del que hasta desconfía su afición.

Portugal apunta a la victoria

En otro encuentro, Portugal le hará frente a Eslovenia. El combinado dirigido por Roberto Martínez tiene todas las de ganar, aunque, como casi todas las grandes selecciones, también ha mostrado dudas en una fase de grupos en la que compitió con Turquía, Georgia y la República Checa. Su derrota, aunque con casi todos sus suplentes en el último duelo ante el cuadro georgiano (2-0), despertó algunas suspicacias.

Sobre todo, Cristiano Ronaldo, negado ante el gol y ansioso por jugarlo todo y batir todos los récords habidos y por haber. El delantero luso acapara todo el protagonismo, de momento sin éxito. Eslovenia, si no hay sorpresas, debería ser la invitada a una fiesta portuguesa, pero cuidado, porque nadie ha conseguido ganarla: ni Inglaterra, ni Serbia ni Dinamarca.

Inglaterra, más dudas que certezas

Sus tres primeros partidos evidencian un agotamiento del ciclo de Gareth Southgate, que anunció su salida después de ocho años si no ganaba la Eurocopa. El subcampeón de la pasada edición no ha sacado jugo a su ramillete de estrellas: los Rice, Bellingham, Kane, Saka o Foden andan desubicados entre las críticas que ha recibido su equipo, que ganó su primer partido a Serbia (0-1) y gracias. Después, rozó la mediocridad en los empates con Dinamarca (1-1) y Eslovenia (0-0), y ahora deberá superar a Eslovaquia, peligrosa por su resistencia y con el goleador Ivan Schranz (dos tantos) en forma.

Italia, perdida en su futbol

Tampoco huye de las críticas su posible rival en cuartos, Italia, aunque estas no son inesperadas. A excepción del arranque que tuvo para ganar la pasada Eurocopa, anda perdida desde hace tiempo, sumida en una crisis de identidad y sin estrellas en sus filas. Sin embargo, ahí está, en octavos, con el general Spalletti al mando y gracias a un gol en el último segundo de Zaccagni que eliminó a la Croacia de Luka Modric para citarse con Suiza, pero ojo con el conjunto helvético, inagotable desde hace una década, siempre presente en las grandes citas y eliminatorias y con Xhaka, Sommer, Freuler, Aebischer, Schär y compañía dispuestos a dar guerra.

Holanda, un mar de dudas

Los Países Bajos de Ronald Koeman, otro mar de dudas por su cierre errático ante Austria en el último encuentro de la fase de grupos, también están en entredicho. Su derrota (2-3) generó un aluvión de pesimismo en un equipo que solo pudo ser uno de los mejores terceros pese a contar con nombres como Simons, Gakpo, Depay o Van Dijk, aún lejos de su nivel para enfrentarse a Rumanía, eufórica tras regresar a unos octavos de final después de 24 años ausente. Con Nicolae Stanciu al frente, su jugador más diferencial, intentará dar la sorpresa.

Turquía y su efecto Güler

El ganador de ese enfrentamiento se verá las caras con Austria o Turquía, que disputarán uno de los duelos más igualados de los octavos de final. La selección otomana, bajo el influjo del “efecto Güler” y sin una de sus estrellas sancionada (Çalhanoglu), peleará por seguir el camino de la histórica selección que fue tercera en el Mundial de Corea y Japón 2002 y semifinalista en la Eurocopa de 2008.

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