Reducir una hora al día el tiempo que pasamos mirando nuestro móvil y dedicar 30 minutos diarios a practicar ejercicio mejora nuestra salud mental y nos permite estar más motivados en el trabajo
A veces los cambios más pequeños en nuestro estilo de vida pueden conducir a grandes impactos en nuestro bienestar y tampoco hace falta que esas pequeñas modificaciones en las actitudes y comportamientos que adoptamos y desarrollamos a diario sean numerosas. Puede ser suficiente con tomar dos medidas saludables, que al sumarse multiplican sus beneficios.
Por ejemplo, reducir cada día el uso del teléfono móvil no relacionado con el trabajo y aumentar también a diario el tiempo que dedicamos a practicar una actividad física aumenta nuestra satisfacción y motivación en el trabajo, y mejora nuestra salud mental y el equilibrio entre nuestra vida laboral y personal, según la Universidad Ruhr de Bochum (RUB), en Alemania.
Así lo demuestra un estudio con 278 participantes efectuado por un grupo que dirigió la doctora Julia Brailovskaia, del Centro Alemán de Salud Mental y del Centro de Investigación y Tratamiento de la Salud Mental de la RUB, publicado en la revista “Acta Psychologica”, en 2024.
Los resultados del estudio son de interés tanto para los empleados, que disponen de dos medidas simples y a su alcance para sentirse más felices y motivados en el trabajo, como para los empresarios, que a veces invierten mucho dinero para mejorar la satisfacción laboral y la motivación de sus asalariados, de acuerdo con los investigadores.
Menos ‘smartphone’ e inactividad, más satisfacción laboral
“La satisfacción laboral y la salud mental de los empleados son factores cruciales para la productividad de una organización. Ahora hemos identificado una solución sencilla y de bajo umbral (fácilmente accesible) para alcanzar estos objetivos y, al mismo tiempo, mejorar la salud mental y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal de los empleados”, explica Brailovskaia, doctora en Psicología Clínica y Psicoterapia.
Para su estudio, los investigadores asignaron a los 278 participantes, todos ellos procedentes de diferentes sectores profesionales, a cuatro grupos de tamaño aproximadamente igual.
El “grupo de los usuarios de teléfonos inteligentes” redujo su uso privado del teléfono inteligente en una hora al día durante una semana. El “grupo de los deportistas” aumentó su actividad física diaria en 30 minutos. El “grupo combinado” hizo ambas cosas (menos ‘smartphone’ y más actividad física) y el “grupo de control” no cambió en absoluto su rutina de vida habitual.
Todos los participantes completaron cuestionarios en línea antes de estas intervenciones (cambios en los hábitos de estilo de vida), inmediatamente después y dos semanas después de haber finalizado el periodo de intervención, proporcionando información sobre su bienestar, tanto en lo que respecta al trabajo como a la salud mental, según la RUB.
Los investigadores descubrieron que en el grupo de usuarios de teléfonos inteligentes y en el grupo combinado habían mejorado significativamente la satisfacción y la motivación en el trabajo, el equilibrio entre la vida laboral y personal y la salud mental.
Además, la sensación de sobrecarga laboral y los síntomas relacionados con el uso problemático del teléfono inteligente se redujeron significativamente.
“Todas las intervenciones condujeron a una reducción de los síntomas depresivos y a un aumento de la sensación de control de los participantes sobre su propia vida”, de acuerdo con los investigadores.
En definitiva, una reducción consciente y controlada del tiempo que los empleados pasan frente a una pantalla fuera del trabajo, combinada con una mayor actividad física, podría mejorar su satisfacción laboral y salud mental”, concluye Brailovskaia.
La investigadora cree que estas intervenciones podrían complementar los programas de formación ya establecidos o servir como un programa independiente, de bajo umbral y eficiente en términos de tiempo y costes.
Reemplazar las redes sociales por ejercicio físico
La doctora Brailovskaia ya puso de relieve en una investigación anterior de la RUB el efecto saludable que tiene reemplazar parte del tiempo que dedicamos a una actividad digital y virtual, por un tiempo dedicado a una actividad física y presencial.
“Es sorprendentemente fácil sentirse más feliz y más saludable, y, además, ¡es gratis!. Basta con reemplazar el uso de las redes sociales por actividad física”, destaca Brailovskaia.
“Si pasamos 30 minutos menos al día en las redes sociales y, en su lugar, dedicamos ese tiempo a hacer ejercicio físico, contribuiremos en gran medida a mejorar nuestra salud mental”.
Los participantes que siguieron este consejo durante dos semanas se sintieron más felices, más satisfechos, menos estresados por la pandemia de Covid-19 y menos deprimidos que un grupo de control, que no cambió el comportamiento durante la fase de intervención. Estos efectos perduraron incluso seis meses después de finalizar el estudio.
La anterior investigación dirigida por Brailovskaia fue publicada en 2022 en la revista “Journal of Public Health”.
Brailovskaia señala que en tiempos de confinamiento y restricciones de contacto debido a la pandemia, “las redes sociales como Instagram, TikTok, Facebook, Twitter y WhatsApp nos permitieron seguir sintiéndonos conectados con otras personas y nos distrajeron del estrés que hizo que mucha gente experimentara ansiedad, inseguridad y desesperanza”.
Pero “el uso excesivo de redes sociales puede generar un comportamiento adictivo que se manifiesta, por ejemplo, en un estrecho vínculo emocional con estas plataformas, donde las noticias falsas y las teorías conspirativas pueden propagarse sin control, provocando aún más ansiedad en sus usuarios”, señala.
Para esta investigadora, “los resultados del estudio de 2022 muestran que tanto reducir el tiempo dedicado a las redes sociales como aumentar la actividad física tienen un efecto positivo en nuestro bienestar y que cuando ambas intervenciones se combinan, aumenta la satisfacción con la vida y la sensación subjetiva de felicidad y se reducen los síntomas depresivos.
“Es importante reducir de vez en cuando nuestra disponibilidad en Internet y volver a nuestras raíces humanas. Estas medidas se pueden implementar fácilmente en la vida cotidiana, son completamente gratuitas y nos ayudan a mantenernos felices y saludables en la era digital”, concluye.