¿Cómo sobrevivir a los excesos de la Navidad?
Ese glorioso maratón de fin de año lleno de reuniones, brindis y banquetes interminables que desafían el cierre del pantalón y la paz mental puede marinarse con moderación.
Si diciembre es una guerra de comida, la estrategia debe ser balancear el exceso con el control. Si hay cena de oficina el jueves, entonces se debe comer verduras y proteína magra el miércoles, y hacer un poco de actividad física.
El punto es llegar a la fiesta con hambre de socializar y no con hambre de comida.
Mitad del plato: verduras frescas, al vapor o asadas.
Un cuarto: proteínas magras, como pavo sin piel, pescado o carnes magras.
Un cuarto: carbohidratos complejos, como camote o arroz integral. Evita acumular carbohidratos de varias fuentes (tamales, pan y postre, por ejemplo).
‘Tip’ de experto:
Hidratarse. Las bebidas azucaradas y el alcohol deshidratan, y lo peor que se puede hacer es confundir sed con hambre.
¿Hay muchos compromisos? Sí. ¿Te debes comer todo lo que te sirvan? No.
La abundancia es muy común en estas fechas, pero no por ello hay que declararle la guerra y terminar con todo.
Comer algo ligero antes de una cena festiva es una jugada maestra. Una ensalada con aguacate, una manzana con un puñado de almendras o un yogur natural con semillas evitará devorar todo el pan de la mesa antes de que sirvan la cena. Llegar con hambre moderada da control sobre las porciones.
Hay que tomar en cuenta que el hambre y la saciedad tienen un desfase de 20 minutos. Comer despacio permite disfrutar cada bocado y darle tiempo al cuerpo de avisar que ya está lleno. Además, saborear la comida hace que se coma menos y se disfrute más.
Regla de oro: come primero lo que es único, lo que no se comerá de nuevo hasta diciembre de 2025.
Mezclar bebidas durante una cena es un desastre garantizado, por lo que se recomienda elegir uno y hacerlo su compañero durante toda la noche.
Un consejo es que por cada copa de vino, sidra o ponche, se tome un vaso de agua. También se puede optar por tés herbales o infusiones, que ayudan a la digestión y mantienen a raya la hinchazón.
Antes de que tires la toalla, recuerda: moverte no es una sugerencia, es una necesidad. Camina al mercado o al súper a comprar los ingredientes del ponche, baila en las posadas y, ahora que hay más tiempo, date tiempo para dar paseos. Cada paso cuenta.
La verdad incómoda: puede que comas más de lo planeado. No hay problema. Enero no es un mes de penitencia, sino de reencuentro con el equilibrio. La clave está en disfrutar sin caer en el remordimiento culinario. Al final, lo importante no es evitar cada caloría, sino asegurarte de que cada bocado valió la pena.
Para que la cuesta de enero no sea tan dura, se recomienda evitar los gastos excesivos, pues este año, el gasto promedio por persona alcanzará los 3 mil 795 pesos, lo que representa un aumento del 20 por ciento respecto a los 3 mil 159 pesos destinados el año pasado.
De acuerdo con una encuesta realizada por la firma casino.mx entre 3 mil personas, Baja California se posiciona como el estado con el mayor gasto navideño, alcanzando un promedio de 5 mil 786 pesos por persona, mientras que en Morelos se prevé el presupuesto más bajo, con un promedio de 2 mil 66 pesos por persona.
El aumento en el gasto navideño de las familias mexicanas para este 2024 es producto de una combinación de factores económicos, como la inflación y el encarecimiento de los bienes de consumo.
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