En desarrollo, colorantes de origen microbiano para su empleo en la industria

Lo que se busca con el proyecto, que se encuentra en la etapa de laboratorio, es una alternativa para la producción y los consumidores

En la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se trabaja a nivel laboratorio en la generación de alternativas a través de la utilización de herramientas biotecnológicas para la producción de pigmentos o colorantes de origen microbiano que puedan ser empleadas como aditivos en diferentes industrias, por ejemplo, en la de alimentos y en la farmacéutica.

La alumna Melanie Quijada Carretas, de la maestría en Ciencia y Tecnología de Alimentos, y Aldo Amaro Reyes, profesor investigador de tiempo completo, ambos de la Facultad de Química de la UAQ, desarrollan el proyecto Alternativas biotecnológicas para la producción de colorantes microbianos, con el apoyo del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (Foper).

En entrevista, Amaro Reyes explicó que el proyecto es una vertiente de la línea de generación y aplicación del conocimiento que lleva como título Alternativas biotecnológicas para la generación de producto de valor agregado en el que han participado estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado.

“Este proyecto es parte de las convocatorias que tiene la universidad para apoyar a que los estudiantes puedan desarrollar sus trabajos de tesis. El proyecto tiene la finalidad de generar alternativas utilizando herramientas biotecnológicas para la generación de pigmentos o colorantes que pueden ser utilizados como aditivos en las diferentes industrias”, indicó.

Señaló que en la industria de los alimentos y los farmacéuticos, de manera principal, los productos que se ofrecen deben contar con un atractivo para el consumidor, lo cual está altamente relacionado con el color.

Refirió que entre las fuentes de color se prefieren las naturales y que en la actualidad existe una tendencia entre los consumidores que prefieren este tipo de productos en lugar de los químicos que normalmente se adicionan para pigmentar.

Sobre los pigmentos químicos, dijo que tienen ventajas, como ser más económicos y fáciles de obtener.

Sobre los pigmentos naturales, indicó que provienen de fuentes, como su nombre lo indica, naturales, como los vegetales; no obstante, su obtención es más costosa.

En este sentido, puntualizó que una alternativa a los pigmentos naturales son los que se pueden generar a través de los microorganismos.

Sobre estos, subrayó: “La bondad o la ventaja que tienen los microorganismos es que crecen mucho más rápido y en volúmenes mucho menores comparados con las grandes extensiones de superficie de tierra que se necesita cultivar, por ejemplo, para el cempasúchil, con el que se puede obtener pigmento amarillo, pero se necesita esperar a la temporada”.

También refirió: “Quizá un ejemplo que podemos tener a la mano es el pulque, que se conoce por su viscosidad. Hay microorganismos que se fermentan que crecen en el pulque y producen gomas. Entonces, nosotros también, utilizando esos microorganismos que generan gomas, las ponemos en condiciones adecuadas para maximizar su producción y tener una alternativa a las gomas naturales de origen vegetal que son más costosas y que requieren más tiempo para su producción”.

Confirmó que existen algunos reportes de efectos negativos en la salud por parte de los pigmentos químicos que dan color en los alimentos; sin embargo, recalcó que están relacionados con su cantidad de consumo.

Agregó que las cantidades adicionadas de pigmentos químicos en los alimentos cuentan con una regulación.

“Entre más consumes, vas a tener un mayor efecto. Las cantidades que están adicionadas a los alimentos están reguladas, pero siempre existe un límite máximo permisible y, mientras no se excede ese límite, no hay ningún problema en la salud; el problema viene en el abuso y, sobre todo, en los niños, cuando no se tiene ese control en la alimentación y los productos como los dulces tienden a ser más atractivos en su color, pero, incluso, se pueden relacionar con problemas de hiperactividad”, apuntó.

En este sentido, enfatizó que, a través del desarrollo del proyecto que consiste en la generación de colorantes microbianos, buscan proponer una alternativa para la industria y los consumidores.

“Y ya, tanto la industria como el consumidor tienen la última palabra para poder decidir si requieren un producto que contiene aditivos químicos o este producto que tiene aditivos naturales de origen microbiano. Mientras el consumidor esté informado, tendrá la decisión, así como lo hacemos en la vida cotidiana: tenemos las alternativas y nosotros optamos por las características que nos agraden. La motivación principal de buscar estas alternativas es que el consumidor está más ávido de tener información y no solo de tener la información, sino de actuar en consecuencia, que puede decidir con el conocimiento sobre el origen, el proceso e, incluso, la disposición final de los productos que adquiere”, indicó.

Respecto al desarrollo del proyecto, informó que se encuentra en la etapa de laboratorio y que, para que se puedan realizar pruebas a nivel piloto, tendrían que pasar alrededor de cinco años y para las de nivel industrial, otros cinco años.