Las fiestas de fin de año dejan momentos de celebración y alegría, pero también pueden representar un desafío para la salud bucal
Después de la época de celebración, la salud bucal puede verse afectada por factores como el consumo en exceso de dulces, bebidas alcohólicas y alimentos grasos, que contribuyen al aumento de las caries, la inflamación de las encías e incluso la erosión de los dientes.
El exceso impacta en tu sonrisa
Los expertos señalan que un consumo elevado de azúcar y bebidas ácidas puede alterar el equilibrio de la microbiota bucal.
“El azúcar favorece la producción de ácidos por parte de las bacterias presentes en la boca, provocando la desmineralización del esmalte y aumentando el riesgo de caries. Las bebidas alcohólicas alteran el pH de la boca, resecando las mucosas y debilitando la barrera gingival protectora, lo que puede provocar inflamaciones como la gingivitis”, explica Heitor Serapicos, cirujano odontólogo especialista en periodoncia.
Estos cambios no solo afectan la estética de la sonrisa, sino también la salud sistémica. Los estudios ya han relacionado los problemas bucales con afecciones como las enfermedades cardiovasculares, lo que refuerza la importancia de la atención preventiva.
La profilaxis, una aliada
Después de las fiestas navideñas, es muy recomendable una limpieza dental profesional para eliminar el biofilm acumulado. Los procedimientos guiados por las nuevas tecnologías, como el Protocolo GBT (Guided Biofilm Therapy), han destacado por ofrecer un abordaje más preciso y cómodo. Esta técnica permite la eliminación eficaz de placas y manchas, centrándose en preservar la estructura de los dientes y los tejidos blandos.
La prevención es la clave
Las visitas periódicas al dentista permiten un seguimiento más eficaz de la salud bucal y previenen problemas más graves. Las modernas técnicas de profilaxis, combinadas con buenos hábitos de higiene, son fundamentales para garantizar una sonrisa sana y sin complicaciones.
Reglas de oro para una sonrisa perfecta
Higiene adecuada
Se recomienda cepillarse los dientes a diario, idealmente después de cada comida y antes de dormir, o al menos dos veces al día, requiriendo al menos dos minutos para limpiar todas las áreas, incluidas las más difíciles, de manera efectiva.
El cepillado debe realizarse con pasta dental con flúor, para fortalecer el esmalte y prevenir las caries, y el cepillo dental debe cambiarse cada tres o cuatro meses.
Usar hilo dental
El uso diario de hilo o cinta dental es tan importante como el cepillado y la pasta dental, ya que ayuda a eliminar la placa bacteriana y los restos de alimentos entre los dientes, donde el cepillo no llega. Se recomienda usarlo al menos dos veces al día, siendo imprescindible antes de dormir.
Limitar el consumo de azúcar
Se aconseja reemplazar el azúcar refinada con alternativas naturales para reducir los impactos negativos en la salud bucal.
Moderar el consumo de alimentos ácidos
Frutas cítricas, tomates y vinagres pueden debilitar el esmalte dental. Moderar su consumo ayuda a evitar la desmineralización y la sensibilidad dental.
Evitar cepillarse los dientes inmediatamente después de alimentos ácidos
Lo más recomendable es enjuagarse la boca con agua y esperar 30 minutos para cepillarse los dientes, para evitar dañar el esmalte.
Evitar fumar
Fumar no solo daña los pulmones, sino que también deteriora los dientes, contribuyendo al amarillamiento e incluso a la pérdida dental. El tabaquismo acelera el envejecimiento del esmalte y puede causar pérdida irreversible de los dientes.
Reducir el consumo de café
El café, el té y el vino tinto pueden manchar los dientes, por lo que se recomienda consumirlos con moderación y enjuagar siempre la boca con agua después de tomarlos para minimizar los efectos.
Evitar alimentos que requieran mucha masticación
Los alimentos duros pueden convertirse en verdaderos villanos, a pesar de parecer inofensivos. Este es el caso de los caramelos duros, el maíz de palomitas de maíz o incluso el hielo, que pueden romper o astillar los dientes. Muchas personas se han roto un diente al masticar algo sin imaginar que podría convertirse en un problema.