La joven directora de orquesta Laura Reyes Peñaloza estuvo en Querétaro, su ciudad natal, para dirigir a la filarmónica que fue parte de su inspiración para dedicar su vida a las artes musicales
Una flauta transversa heredada por su hermano y la emoción de escuchar por primera vez al unísono decenas de instrumentos sembraron en la ahora directora de orquesta Laura Reyes Peñaloza una semilla muy fértil que hizo despertar su amor por la música y el deseo de dedicarle su vida.
La queretana actualmente radicada en Puebla estuvo de visita en la ciudad para dirigir a la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ) en el estreno de la obra “Poema Mexicano”, del compositor mexicano Galo Ortiz, programa completado con “Antigua Romanza Noruega”, de Edvard Grieg, y la “Sinfonía número 7”, de Ludwig van Beethoven, todas ellas, piezas de gran carácter y técnica exquisita.
Durante los ensayos de este programa, Reyes Peñaloza nos compartió sus inicios en esta disciplina y los retos que ha enfrentado para llegar a estar frente a una orquesta y mantenerse ahí, recibiendo el respeto de los músicos y los oyentes, todo, a base de arduo trabajo y profesionalismo.
¿Cómo fueron tus inicios en la música?
Inicié mis estudios en la casa de la cultura Ignacio Mena, tocando guitarra y en un coro; después, mi hermano Manuel, que era organista, me aconsejó que me metiera al conservatorio.
Otro de mis hermanos tenía una flauta transversa que me regaló, me metí al conservatorio, pero no había maestro de flauta, así que cuando llegó el momento de profesionalizarme, me fui a la Ciudad de México para estudiar la licenciatura en flauta; cuando terminé, decidí irme al extranjero para estudiar la maestría en flauta transversa. Ahí fue cuando comencé a tomar clases de dirección.
¿Por qué te llamó la atención la dirección de orquesta?
En mi primer año de maestría pude ir a Alemania, allá trabajé con diferentes directores y eso me puso una pregunta muy grande en mi cabeza: “¿por qué cambia el sonido entre cada director?”.
Cuando regresé a México, busqué trabajos que me dieran la oportunidad de desarrollar esto y, después de algún tiempo, regresé a Estados Unidos para hacer algo en dirección.
Llevo dos años en México trabajando con diferentes orquestas como directora invitada y actualmente estoy dirigiendo la Cinema Concert Orchestra, dedicada a música de películas, y la Orquesta de la Universidad de las Américas de Puebla.
¿Cuál fue tu experiencia al estar en casa y dirigir a la OFEQ?
En 2019, tuve la oportunidad de dirigir un par de programas con ellos: uno, en San Joaquín, un concierto didáctico, y luego, hicimos un programa de películas también en ese año en plaza De Armas.
Esta ocasión vengo con un programa completo, un reto en muchos sentidos y de alguna manera sí es sentirse en casa, porque veo muchas caras conocidas.
¿Recuerdas cómo fue tu primer acercamiento con una orquesta?
El primer concierto que vi fue cuando tenía 14 años y fue porque mi hermano me invitó; recuerdo que tocaron “El pájaro de fuego” y fue una cosa increíble para mí, me impresionó demasiado: ver la música que podían hacer estos instrumentos creó en mí una semilla muy profunda de querer hacer esto por siempre.
¿Ahora que ya eres directora, qué le dirías a esa chica que vio a la orquesta por primera vez?
En el primer concierto que vi, ni siquiera reparé en el director, yo estaba muy embobada con todo lo que sonaba, entonces, realmente fue mucho después que empecé a admirar esta figura del director.
A mi yo de ese entonces le diría que todo es posible, porque lo que yo sí tenía en ese momento eran muchas ganas de crear, tenía muchas ideas, me gustaba mucho escribir, crear novelas, empecé a escribir mi libro; la creatividad siempre estuvo en mi vida, pero no sabía hacia dónde dirigirla y yo le diría: “Ya ponte a estudiar música, que lo vas a necesitar”.
Siendo mujer es un poco más difícil llegar a liderar espacios, ¿cómo ha sido tu experiencia?
Sí es un reto, he vivido muchas cosas, pero yo normalmente soy muy profesional, trato de venir preparada para demostrar lo que puedo dar y de esa manera inspirar a los que trabajan conmigo.
Se trata de abrirse camino, sí he tenido algunas situaciones, pero de inmediato las elimino de mi cabeza, porque no puedes avanzar quedándote con eso.
Algo muy bueno que está pasando en el mundo es que se está dando más apertura, hay un montón de directoras mujeres ahora, incluso en México, y eso es algo bueno, porque poco a poco nos empezamos a abrir camino y yo soy de la idea de que realmente estamos todos juntos, no es por ser hombre o mujer: todos tenemos algo que aportar.
¿A quién admiras?
A muchas personas. Uno de los directores que más me apoyó en mi etapa como flautista y de los que más aprendí, y hasta el momento cuando tengo una duda musical pienso: “¿Qué diría él o como lo pensaría él?”, es Sergio Cárdenas, director de la orquesta donde yo estudié, en la facultad de Música de la UNAM; me sigue inspirando. Admiro mucho a mi mamá, porque se quedó de jefa de la casa cuando mis hermanos y yo éramos muy pequeños, admiro su fortaleza.
¿Cuál es tu sueño?
Eso es muy difícil de contestar, realmente soy una persona que trabaja mucho; el reto es cada día, trabajo a corto plazo, quiero hacer de la música lo más posible que esté en mis manos, pero sé que hay distancias muy grandes y la única forma de acortar esas distancias es el trabajo constante.
¿Además de la flauta tocas otro instrumento?
Conozco de todos los instrumentos, pero al grado de tocarlos, no; cada instrumento es una disciplina y cada maestro que se sienta en una de estas sillas ha pasado muchas horas de estudio, de estar practicando con el instrumento; sacar sonido a un instrumento y perfeccionarlo conlleva una técnica que hay que estar practicando y mejorando. Es difícil tocar muchos instrumentos, yo toco guitarra, flauta, toda la familia de flautas y piano; además, canté en un coro mucho tiempo.
Al dirigir la Cinema Concert Orchestra, ¿supongo que te gusta el cine?
Sí, me gusta, pero casi no voy al cine porque no tengo mucho tiempo; me gusta ir a ver películas específicas que voy a ver por alguna razón.
¿Qué tipo de música escuchas fuera del trabajo?
Paradójicamente, me gusta mucho el silencio; normalmente cuando todo está en silencio, siempre hay algo sonando; vivimos en un mundo tan bullicioso que cuando tengo silencio, lo disfruto mucho.