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Ducha: un foco infeccioso que descuidamos

La regadera, sus accesorios y los elementos de limpieza que usamos en su interior figuran entre los objetos más sucios del baño, pues acumulan gran cantidad de bacterias y a menudo no reciben limpieza suficiente o con la frecuencia adecuada

La ducha de nuestro hogar, uno de los elementos básicos de nuestra higiene cotidiana, también necesita ser limpiada de manera correcta y frecuente; de lo contrario, nos exponemos a una “lluvia” de gérmenes, que pueden poner en riesgo nuestra salud y la de nuestra familia, según investigaciones recientes.

La cortina de la ducha es el objeto más sucio del hogar, ya que contiene en promedio 60 veces más bacterias que el asiento del inodoro, de acuerdo con los informes que maneja la plataforma especializada en accesorios para el baño Showers to You (STY, www.showerstoyou.co.uk), con sede en el Reino Unido.

Teniendo estos datos en cuenta, el equipo de investigación STY puntualiza cuáles son los lugares y elementos más sucios del baño y con qué frecuencia debería limpiarse cada uno de ellos.

Aparte de la ducha, otros de los lugares que acumulan más suciedad en el baño y que merecen una higiene especialmente cuidadosa para evitar la proliferación de gérmenes nocivos para la salud son el mango y soporte del cepillo de dientes, los mandos de los grifos del lavabo, los interruptores de la luz eléctrica y la cadena y el asiento del inodoro, según STY.

Cabezal de ducha

Si no se limpia con regularidad, sobre todo cuando la humedad y el calor son elevados, esta pieza del baño puede acumular cal, moho y bacterias como la Legionella, y albergar una capa de hongos capaces de provocar una infección de los folículos pilosos al entrar en contacto con la piel, causando erupciones e irritación en las personas sensibles, advierten desde STY.

Para prevenir la acumulación de agentes patógenos, los especialistas de esta plataforma aconsejan limpiar el cabezal de la ducha mensualmente, remojándolo primero en vinagre o en un producto de limpieza especializado, y después frotando las boquillas del cabezal con un cepillo de dientes de cerdas finas.

En el caso de que el cabezal sea desmontable, recomiendan desmontarlo para limpiarlo a fondo.

Toallas de baño

La cantidad de bacterias presentes en una toalla recién lavada aumenta enormemente después de un solo día de uso y se dispara después de una semana.

No obstante, un tercio de los residentes en el Reino Unido (lo que equivale a más de 17 millones de personas), lava sus toallas de baño una vez cada tres meses, lo que puede aumentar considerablemente el número de bacterias que viven en esos paños de aseo, según una encuesta realizada por STY.

Estropajos y esponjas de ducha

Debido a la humedad que atrapan y a las células muertas de la piel humana que acumulan, los estropajos y esponjas de ducha son un caldo de cultivo perfecto para las bacterias y el moho, cuyo crecimiento se ve fomentado además por el ambiente cálido y húmedo del cuarto de baño.

Cuando están contaminados, estos elementos de aseo pueden provocar infecciones cutáneas causadas por Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa, asociadas con la inflamación de los folículos pilosos, por lo que se recomienda sustituirlos mensualmente o desinfectarlos semanalmente sumergiéndolos en una solución de desinfectante.

Cortina de ducha

Según STY, “a muchas personas puede resultarles sorprendente la recomendación de cambiar las cortinas de ducha de tela cada seis a 12 meses, y las fabricadas con plástico o vinilo cada seis meses, o incluso antes, si muestran signos de moho, desgaste u olor persistente”.

Pero explican que esta recomendación está plenamente justificada, dado que estas cortinas pueden llegar a acumular 60 veces más bacterias que las que hay en un asiento de inodoro.

Incluso sería preferible cambiar las cortinas por una puerta o mampara de ducha de cristal debido a que está fabricada con una superficie no porosa, en la que tienden a acumularse menos gérmenes que en una superficie textil o plástica, destacan.

Además de cambiarlas periódicamente, se aconseja lavar estas cortinas al menos una vez al mes, explica esta fuente.

Suelo de la ducha

“Sorprendentemente, el suelo de la ducha de un cuarto de baño puede llegar a albergar 60 veces más bacterias que las que acumula el asiento de un inodoro, debido a que en dicho suelo quedan atrapados distintos tipos de partículas orgánicas y ambientales”, informan desde STY.

Dado que el suelo de la ducha suele estar húmedo y caliente, convirtiéndose en un caldo de cultivo ideal para el moho, se aconseja limpiarlo semanalmente con un desinfectante, para evitar la acumulación de hongos nocivos, que pueden causar problemas respiratorios, alergias y olores desagradables, apuntan.

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Agencia EFE

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