Pocas ciudades del país tienen tanta historia como Querétaro, ya que –desde la época colonial y hasta nuestros días– sus teatros, templos, plazas y palacios han sido fieles testigos de la historia de México
A lo largo de sus casi 500 años de existencia, la ciudad de Querétaro ha sido testigo de numerosos acontecimientos que han marcado la historia de México desde la época colonial y hasta la actualidad; a continuación hacemos un repaso por cinco de los sitios más emblemáticos y de mayor valor histórico.
Acueducto de Querétaro
Debido a la contaminación del agua que sufría la ciudad de Querétaro, se hizo necesaria la construcción de una obra que ayudara a transportar el agua potable para la población. Con el apoyo financiero de José Antonio de Urrutia y Arana, marqués de la Villa del Villar del Águila, el Acueducto fue construido entre 1726 y 1735. Con sus 74 arcos, sus mil 280 kilómetros de largo y su altura promedio de 28.5 metros, esta obra monumental se convirtió en uno de los acueductos más importantes de México.
Palacio de Gobierno
Construido durante el Siglo XVIII, lo que actualmente es el Palacio de Gobierno del Estado de Querétaro fue inaugurado en 1770. Durante 1810, el edificio fue sede de tertulias literarias organizadas por el corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez; de esas reuniones –a las que asistieron Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio Allende– surgió la conspiración que daría origen a la Guerra de Independencia. Tras haber sido cárcel y Palacio Municipal, la también llamada Casa de la Corregidora se convirtió finalmente en Palacio de Gobierno en 1981.
Templo de la Cruz
Edificado durante el Siglo XVII, el Templo y Convento de la Santa Cruz sirvió como sede del proceso de evangelización de los indígenas; posteriormente, albergó la llamada “pila de aguas” a donde llegaba el agua potable transportada a través del Acueducto de Querétaro. Durante la recta final de la Intervención Francesa en México, el edificio sirvió como sede del cuartel general del emperador Maximiliano de Habsburgo hasta que la ciudad cayó en manos de las tropas republicanas, quienes capturaron el monarca para someterlo a juicio en 1867.
Cerro de las Campanas
Tras el fin del Sitio de Querétaro, el emperador Maximiliano de Habsburgo se rindió ante el general Mariano Escobedo y fue capturado en las faldas del Cerro de las Campanas; posteriormente, el monarca estuvo preso en el Templo de la Santa Cruz y luego en el Convento de Capuchinas. Luego de haber sido sometido a un juicio militar ante un consejo de guerra en el antiguo Teatro Iturbide (actual Teatro de la República), el emperador fue condenado a muerte. La fecha de la ejecución fue el 19 de junio de 1867, cuando Maximiliano fue fusilado en el Cerro de las Campanas junto a los generales mexicanos Miguel Miramón y Tomás Mejía. Actualmente, alberga un parque, una capilla y una enorme escultura de Benito Juárez García.
Teatro de la República
Probablemente, el sitio con mayor carga histórica de la ciudad de Querétaro es el Teatro de la República, construido entre 1845 y 1852; en 1854, fue escenario del estreno del Himno Nacional Mexicano; en 1867, albergó el juicio militar contra el emperador Maximiliano de Habsburgo y los generales mexicanos Miguel Miramón y Tomás Mejía, quienes fueron sentenciados a muerte y fusilados en el Cerro de las Campanas. Entre diciembre de 1916 y enero de 1917, fue sede del Congreso Constituyente que sintetizó muchas de las exigencias y demandas de la Revolución Mexicana. Hasta 1921, fue conocido como Teatro Iturbide. El Teatro de la República es –desde hace varios años– propiedad del Senado de la República del Congreso de la Unión.