Más allá de sus éxitos como artista, uno de los escándalos más importantes de la carrera de Shakira es su pleito con Hacienda, en España. La colombiana es acusada de seis delitos y de defraudar a esa cartera por un total de 14.5 millones de euros, entre 2012 y 2014.
Shakira ha declarado que no residía en España durante ese periodo, pues asegura que se radicó de lleno en ese país luego del nacimiento de su segundo hijo, en 2015.
Cabe resaltar que Shakira ha criticado “los métodos de ese ministerio” y aseguró que ha pagado “más de 90 millones de euros (cerca de 96 millones de dólares) luego de ser perseguida incluso por años en los que no pasó ni 60 días en ese país”.
“Es inaceptable el hecho de que, en su acusación, la Hacienda pública no esté respetando la seguridad jurídica que debe garantizarse a cualquier contribuyente, ni tampoco mis derechos fundamentales”, aseveró Shakira en un comunicado publicado en el mes de noviembre pasado.
Además, el documento sostiene que su conducta fiscal es “impecable y que nunca ha tenido problemas tributarios con ninguna otra jurisdicción”. También, la cantante reprochó a Hacienda por utilizar “pagos realizados con una serie de tarjetas de crédito pertenecientes a su equipo y allegados” para acreditar la presencia de Shakira en España.
Shakira indicó que España “supone tan solo 2% del origen de sus ingresos mundiales” y aseguró tener datos fehacientes que acreditan su vida itinerante.
Así, el comunicado recrimina a la Agencia Tributaria española no haber “tenido en cuenta en absoluto cuál es el modus vivendi de los artistas cuya carrera se desarrolla a nivel internacional” y la acusó de convertir el juicio oral “en una suerte de circo mediático para dañar su prestigio, así como de utilizarla con fines ejemplarizantes”.
Según una jueza, Shakira supuestamente defraudó el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) -con un total de 12 millones 371,197 euros- y el Impuesto sobre el Patrimonio (IP) -2 milones 191,771 euros-, sumando entre los dos un total de 14 millones 562,968 euros.
La Instrucción constató que la artista supuestamente dejó de tributar en España en 2012, 2013 y 2014 a pesar de estar obligada a hacerlo porque, según la jueza, es donde tenía su residencia fiscal, ya que había estado en el país más de 183 días al año, mientras que Shakira dice haber residido en Bahamas.
La Fiscalía le reclama una condena de ocho años y dos meses de prisión; la Abogacía del Estado le acusa de tres delitos contra la Hacienda en declaraciones del IRPF de 2012, 2013 y 2014, y la Generalitat, de tres delitos contra la Hacienda en la declaración del Impuesto sobre el Patrimonio de los mismos años.
Con información de El Economista
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