La imagen imborrable la dejaron Messi y Cristiano, en un gesto de cariño y respeto para el recuerdo, de un duelo de leyenda que será eterno
Quién sabe si será el último enfrentamiento de dos leyendas que han marcado más de una década del futbol mundial, pero el “último baile” entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo, bañado en millones en Riad, resucitó en su entrega 37 un duelo eterno de dos de los mejores jugadores de la historia, que se han engrandecido mutuamente y que extendieron su pique goleador hasta el último segundo de un partido que ganó el PSG, por 5-4.
Han conquistado 75 títulos, se han repartido 12 Balones de Oro. Messi y Cristiano Ronaldo lo ganaron todo a nivel de clubes y el que se perfila como su último enfrentamiento estuvo a la altura en espectáculo de otros grandes pulsos. El resultado era lo de menos en un King Fahd Stadium repleto. El duelo entre dos ganadores natos deslumbró durante la hora que estuvieron sobre el césped.
Messi quiso demostrar desde el inicio quién es el rey actual. A los tres minutos, en una acción del tridente temible del PSG, Mbappé encontró a Neymar y el pase picado al desmarque de Leo, que superó con un toque de calidad la salida del portero.
Cristiano, con el brazalete de capitán de un equipo que mezclaba jugadores de su club, Al-Nassr, con los del Al-Hilal, no cesó en su intento hasta dejar su huella y dejó uno de esos saltos prodigiosos en la búsqueda del remate a una falta lateral y Keylor midió mal. Con el codo golpeó el pómulo izquierdo del astro portugués. Penalti claro. Con la cara hinchada, Cristiano disparó infalible a la red.
PSG se quedó con un hombre menos tras la roja a Juan Bernat; no obstante, en inferioridad apareció Marquinhos para el 1-2.
Messi fue sustituido antes del descanso, mientras que Cristiano ponía el 2-2. Con hambre en el remate de cabeza que repelió el poste y para acudir al rechace para mandar el balón a la red.
En inferioridad numérica, se llevó el partido el PSG. Sergio Ramos marcó a placer para el 2-3.
El intercambio de goles siguió gracias a un testarazo tras un córner en el primer palo de Jang, que ponía el empate a tres. Tan solo duraba la igualdad cuatro minutos: una mano dentro del área se convertía en el penalti con el que Mbappé se sumaba al festival goleador antes de dejar el campo junto a su ídolo, Cristiano.
El final del partido dejó el quinto tanto del PSG, marcado por Ekitike, y el cuarto del combinado de Arabia Saudí de Talisca, para el 5-4 definitivo.