Los restos del sumergible Titán, que implosionó a 3,800 metros de profundidad con 5 personas que iban a ver al Titanic, llegaron a Canadá
Un buque canadiense llevó este miércoles a tierra restos del sumergible Titán que implosionó durante un viaje al naufragio del Titanic a principios de este mes, en un hecho en el que murieron las cinco personas que iban a bordo.
Un video de la Canadian Broadcast Corporation mostraba lo que parecía ser el morro del sumergible y otros fragmentos destrozados envueltos en una lona blanca y sacados por una grúa del buque Horizon Arctic en el puerto de San Juan de Terranova la mañana de este miércoles.
#VideoDelDía 🇨🇦 Un barco canadiense depositó en el puerto de San Juan de Terranova, #Canadá, los restos del sumergible #Titán, que implosionó el pasado 18 de junio cuando descendía hacia los restos del #Titanic, con 5 ocupantes a bordo -> https://t.co/ORPJYEuoqO pic.twitter.com/ilg6VpS6FS
— CódigoQro (@CodigoQro) June 28, 2023
Se espera que los restos arrojen más luz sobre la causa de la catastrófica implosión en la que murieron todas las personas que se encontraban a bordo: Stockton Rush, CEO de OceanGate Expeditions; el multimillonario británico Hamish Harding; el empresario de origen paquistaní Shahzada Dawood y su hijo de 19 años, Suleman; y el oceanógrafo francés Paul-Henri Nargeolet.
No estaba claro hacia dónde se dirigían los restos.
La semana pasada, las autoridades canadienses y estadounidenses anunciaron investigaciones sobre el incidente, que ha suscitado dudas sobre la naturaleza no regulada de este tipo de expediciones.
Los restos del sumergible de aguas profundas operado por OceanGate Expeditions fue descubierto en el lecho marino a unos 488 metros de la proa del Titanic por un vehículo de buceo robótico la semana pasada, poniendo fin a un esfuerzo multinacional de cinco días en busca de supervivientes.
Las imágenes también mostraban una parte destrozada del casco y maquinaria con cables colgando siendo sacados del barco en St. John´s, de donde había partido la expedición al Titanic.
Con información de El Economista