“A thousand pines” lleva al público a través de los bosques con fango, maleza y hielo donde los migrantes mexicanos siembran pinos para la lucrativa industria maderera en Estados Unidos
El documental “A thousand pines”, que muestra el difícil trabajo y las condiciones en que vive un grupo de trabajadores temporales mexicanos que siembran pinos para la lucrativa industria maderera en Estados Unidos, se estrenó ayer en el Festival de Cine Latino de Nueva York.
La cinta, que va rumbo a otros festivales en EUA y México, es una historia humana que muestra el sacrificio que hacen estos emigrantes por amor a su familia, de la que están separados durante ocho meses mientras siembran árboles a través del país, señalaron a EFE los codirectores del documental, Noam Osband y Sebastián Díaz.
El documental sigue durante un año a Raymundo Morales, capataz, y a sus 12 trabajadores, todos de la ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca, durante toda una temporada de siembra, y posteriormente el emotivo regreso a sus hogares.
“Once años duré yo cargando la bolsa (que puede pesar 50 libras). Ahora que estoy a cargo del grupo entiendo a toda la gente, porque yo sé lo que es el trabajo”, comenta Raymundo, que recuerda que llegó a este empleo siguiendo los pasos de su hermano y afirma que todo lo que tiene se lo debe a este trabajo.
“A thousand pines” lleva al público a través de los bosques donde no es fácil moverse, algunos con fango, maleza y terreno congelado en invierno, donde les exigen sembrar 2 mil árboles por día a cada empleado, que trabaja seis días.
Estos trabajadores plantan alrededor de mil 500 millones de árboles al año, usados luego para papel, muebles, construcción, entre otros fines, y provienen en su mayoría de México, Guatemala y Honduras.