Entre los principales retos que México y Guatemala deben abordar es el flujo migratorio sin precedentes que cruza de Centro a Norteamérica
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prometió este miércoles que cooperará con el nuevo Gobierno de Guatemala tras su reunión con el mandatario electo de ese país, Bernardo Arévalo, quien ganó las elecciones el pasado 20 de agosto, pero que ha denunciado que buscan impedirle asumir.
“Platiqué (hablé) con él para decirle que nosotros vamos a cooperar con su Gobierno y vamos a ayudar a Guatemala y va a ser recíproco”, afirmó el mandatario en su conferencia de prensa matutina.
El gobernante mexicano, quien el fin de semana se reunió con Arévalo en una visita del político guatemalteco a México, celebró los resultados al afirmar que el pueblo eligió libremente.
Y opinó que no hay lugar para las inconformidades sobre las elecciones que obstaculizan su ascenso a la presidencia.
“Afortunadamente son pocos (los críticos), es una minoría, la mayoría de guatemaltecos está apoyando la democracia y apoyando al presidente electo y yo espero que se resuelvan todas estas inconformidades, que la verdad no tienen ninguna razón porque el presidente electo ganó con amplio margen”, subrayó.
Recordó que Arévalo obtuvo el 60 % de los votos en segunda vuelta y que todos los sectores del país lo “aceptan”.
“Por todas las clases sociales, es aceptado por los empresarios, por las clases medias, por los campesinos, es muy apoyado por las comunidades indígenas, es un buen ciudadano, una buena persona y repito una gente preparada, humanista, honesta”, zanjó.
López Obrador señaló que el pueblo guatemalteco es “hermano”, pues hay muchas relaciones de cariño y respeto, y reiteró que la llegada de Arévalo le va a “hacer mucho bien” a aquel país.
Entre los principales retos que México y Guatemala deben abordar es el flujo migratorio sin precedentes que cruza de Centro a Norteamérica.
El presidente electo, de 64 años, ganó la presidencia el 20 de agosto con su partido, el Movimiento Semilla, al conseguir 2.5 millones de votos, con lo que se convertirá en el primer mandatario progresista del país centroamericano en 70 años.
