Por caso Camila, sociedad convulsiona inadecuadamente: especialista

Desde la perspectiva psicológica, se percibe en la población de Taxco baja tolerancia a la frustración y falta de asertividad para establecer una cultura de paz

Con ojo clínico, Juan Carlos García Ramos, psicólogo egresado de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), explica el entramado mental en torno al linchamiento de la presunta responsable de la muerte de la niña Camila, en Taxco, Guerrero.

“Es una sociedad que está convulsionando de una manera inadecuada, ante la deficiencia estructural de las instituciones de seguridad e impartición de justicia”, afirma.

Se trata de un acontecimiento que ocurre en México, como en cualquier otro país, de manera poco frecuente, que, según el especialista, no es signo aún de una sociedad enferma o en proceso generalizado de descomposición; sin embargo, en Taxco se desencadenó, en parte, por carencias en la psique de sus habitantes.

“Influyó la baja tolerancia a la frustración, la desregulación emocional ante el homicidio de la menor y la falta de asertividad o capacidad de la población para establecer vínculos o enlaces de mediación o de cultura de paz”.

García Ramos también precisa que la ira desatada en el colectivo social se basa en la incapacidad de encontrar una solución legal rápida para castigar a los responsables de la muerte de Camila.

“A esto se suma la inexperiencia de las autoridades. En otros lugares, la reacción de la población es muy similar, pero la policía cumple el protocolo como se debe y evita este tipo de situaciones”.

García Ramos recomienda, de manera general, procurar un modo de vida espiritual, mental y emocionalmente saludable, lo cual sirve como escudo ante la gestación interna de cualquier tipo de comportamiento violento o irreflexivo.

“Pero directamente en la población de Taxco habría que implementar un programa de contención emocional”, aconseja.

Finalmente, el experto en salud mental sugiere no participar en confrontaciones estériles en redes sociales sobre el caso ocurrido, pero, si hubiera la necesidad de hablar, mejor hacerlo con amistades o familiares cercanos.

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