El estrés podría estar saboteando tus esfuerzos por perder peso
En el ajetreo de la rutina diaria, a veces ni siquiera somos conscientes de que nos encontramos en estrés. Y es simple, el estrés genera cortisol, más allá de lo necesario, lo que provoca que aumente la grasa abdominal.
La panza por estrés suele caracterizarse por estar algo rígida e hinchada y con tendencia a los gases. Aparece en el centro del abdomen, concentrada especialmente en la parte baja.
De hecho es muy posible que notes que los laterales (la zona de los oblicuos) estén definidos, pero el centro no. Y da igual lo mucho que hagas deporte y ejercicios abdominales o que lleves una alimentación saludable, no logras que la panza baje.
La culpa es del cortisol, que por un lado, es una excelente herramienta que genera el cerebro cuando estás en situaciones de peligro, prácticamente, mantenerte alerta y cuidar de tu integridad en situaciones de riesgo; sin embargo, mantener una producción activa en todo momento gracias a las exigencias cotidianas de la vida podría ser catastrófico para el cuerpo y la salud en general.
Uno de los principales síntomas de la sobreproducción de cortisol es el cansancio constante ya que te mantienes alerta en todo momento, lo cual resulta agotador. Además, contribuye a la degradación de la masa muscular.
¿Cómo se elimina la panza por estrés?
¡Deja de estresarte! No hay de otra.
Para reducir la panza es primordial reducir los niveles de estrés a los que estamos sometidos. ¿Cómo hacerlo?:
El trabajo a seguir más que físico, es psicológico. Prueba con ejercicios como el yoga, la meditación o las respiraciones guiadas, puesto que todos ellos ayudan a relajarnos.
También puede ayudarte:
- Bebe infusiones digestivas que ayuden a aliviar la hinchazón.
- Toma jengibre, pues uno de sus beneficios reside en sus propiedades antiinflamatorias.
- Come despacio para favorecer la digestión.
- Evitar bebidas con gas y cafeína.
- Se constante en el ejercicio e insiste en tus rutinas de abdomen. El Pilates puede ser muy útil.