La Unión Europea condenó al Gobierno de Bielorrusia por haber obligado el aterrizaje forzoso, en la ciudad de Minsk, de un avión civil en el que viajaba un periodista opositor que fue detenido
Los países de la Unión Europea (UE) decidieron el día de ayer 24 de mayo, cerrar el espacio aéreo del bloque a aviones de Bielorrusia, como castigo por el escándalo internacional provocado ante el aterrizaje forzoso en Minsk de un avión civil en el que viajaba un opositor que luego fue detenido.
Además, los líderes de los 27 países acordaron solicitar a las empresas aéreas europeas que eviten sobrevolar el espacio aéreo bielorruso.
En la primera jornada de una Cumbre en Bruselas, la UE también exigió la liberación “inmediata” del opositor detenido Román Protasévich.
En medio de las fuertes presiones internacionales, esta antigua república soviética, situada entre Rusia y la UE, y dirigida desde 1994 por Alexander Lukashenko, rechazó las críticas y aseguró haber actuado de forma legal, prometiendo una “absoluta transparencia”.
El vuelo de Ryanair procedente de Atenas y con destino a Vilna, la capital de Lituania, fue forzado a aterrizar el domingo cuando se hallaba en el espacio aéreo bielorruso, por una supuesta amenaza de bomba que resultó ser falsa.
El gobierno de Bielorrusia afirmó incluso este lunes haber recibido una amenaza de “bomba” en este vuelo de Ryanair, firmada por Hamás, según un email atribuido a este movimiento islamista palestino y leído por un responsable del ministerio bielorruso de Transportes.
Escoltado por un avión de combate bielorruso, el aparato aterrizó en la capital, Minsk, donde Protasévich, de 26 años -quien vivía entre dos Estados de la Unión Europea, Polonia y Lituania-, fue detenido junto con su pareja, Sofia Sapega.