Kabul, la capital de Afganistán, cae ante avance de los talibanes

Los talibanes tomaron la ciudad de Kabul, capital de Afganistán. Foto: Especial

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, huyó hacia Tayikistán ante la caída de la ciudad de Kabul, capital de aquel país de Oriente Próximo, frente al imparable avance de los talibanes

Ante el avance de las fuerzas insurgentes del Talibán hacia la ciudad de Kabul, capital de Afganistán, el presidente Ashraf Ghani huyó de aquel país –este domingo 15 de agosto –hacia Tayikistán al igual que miles de afganos y extranjeros que intentan escapar del avance imparable de los talibanes.

La caída de la capital afgana supone el fracaso de la coalición militar internacional –liderada por Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)– en su intento por rehacer aquella nación de Oriente Próximo, durante 20 años de ocupación tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Tras la toma de la ciudad de Kabul, un vocero del Talibán anunció que dicha milicia radical proclamará pronto el Emirato Islámico de Afganistán desde el Palacio Presidencial.

Las fuerzas talibanes irrumpían en la capital afgana mientras helicópteros militares estadounidenses y de otros países occidentales evacuaban a su personal diplomático. Ante la entrada de los milicianos a la ciudad de Kabul, las embajadas y representaciones diplomáticas quedaban desiertas.

Mientras tanto, los civiles temen que el Talibán vuelva a instaurar un régimen radical que prácticamente eliminó los derechos de las mujeres; miles de personas tratan de sacar su dinero de los cajeros automáticos, conseguir visas e intentar escapar de aquella nación hacia el extranjero.

Por su parte, las personas más pobres –que huyeron del interior de territorio afgano para refugiarse en la capital buscando un lugar más seguro– se agolpan por miles en parques, plazas y otros espacios públicos de la ciudad de Kabul.

Pese a la inversión de miles de millones de dólares por parte del Gobierno de Estados Unidos para financiar a las fuerzas de seguridad de Afganistán, los talibanes consiguieron en apenas una semana tomar prácticamente todo el territorio afgano tras la retirada de las tropas estadounidenses.