Ucrania se encuentra en alerta por un posible ataque ruso ante las informaciones de inteligencia de Kiev y de Occidente de que Rusia ha concentrado más de 92 mil soldados y equipamiento militar en la frontera con el país vecino y podría planear una invasión en invierno.
Según la inteligencia militar ucraniana, Rusia ha movilizado a los reservistas en los territorios separatistas ucranianos de Donetsk y Lugansk y trabaja para aumentar su capacidad combativa.
“Los simulacros a gran escala con participación de los reservistas movilizados (….) comenzaron el 22 de noviembre en las unidades 1 (Donetsk) y 2 (Lugansk)”, informó este martes la Dirección General de la Inteligencia del departamento militar del país.
Se trata de otro motivo de preocupación para las autoridades ucranianas que se suma a las informaciones sobre una posible invasión rusa a gran escala este invierno.
De acuerdo con la las autoridades ucranianas, Moscú ha concentrado a unos 92 mil soldados en la frontera con Ucrania y está preparando una invasión masiva a finales de enero o febrero de 2022.
Una eventual invasión militar implicaría probablemente ataques aéreos, de artillería y blindados seguidos de asaltos de tropas aerotransportadas en el este, desembarcos anfibios en Odesa y Mariúpol y una incursión más pequeña a través de Bielorrusia, según el jefe de la agencia de inteligencia militar de Ucrania, Kyrylo Budánov.
Los medios estadounidenses también escribieron el fin de semana pasado que Rusia estaría sopesando un ataque contra Ucrania para los principios de 2022 con alrededor de 100 grupos tácticos de batallones, que integrarían unos 100 mil hombres.
La eventual invasión se produciría desde diferentes flancos, incluido el este separatista de Ucrania y la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Kiev trató inicialmente de minimizar la amenaza de invasión, pese a que las primeras advertencias sobre la posibilidad de un nuevo ataque ruso contra Ucrania fueron realizadas por la inteligencia, el gobierno y los medios de comunicación estadounidenses a principios de noviembre.
El 2 de noviembre, Oleksiy Danílov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, tachó de “desinformación” las noticias sobre una eventual invasión rusa.
Sin embargo, este domingo el funcionario cambió completamente su discurso y corroboró que Rusia estaba concentrando tropas cerca de la frontera con Ucrania.
“Es probable que las autoridades ucranianas no hayan confirmado estos informes en un principio para no sembrar el pánico”, dijo a Efe Sergii Kryvonos, general mayor en reserva y excomandante adjunto de las unidades de operaciones especiales de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
A la vez, Kryvonos tiene dudas de que Moscú esté preparando una invasión rusa a gran escala de Ucrania.
“Depende de si (el presidente ruso, Vladímir) Putin siente que podría salirse con la suya. Su objetivo es chantajear a Occidente “, opinó el militar.
Otros expertos militares ucranianos con los que habló EFE tampoco descartaron la posibilidad de un ataque ruso contra Ucrania.
Subrayaron que Rusia ya invadió Ucrania en 2014 y desde entonces siempre estuvo presente la amenaza de un nuevo ataque.
Además, indicaron que la primavera pasada, Rusia ya envió tropas y vehículos militares a la frontera con Ucrania. Y solo después de la cumbre entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos en junio pasado, los efectivos rusas se retiraron, dejando, no obstante, la maquinaria en frontera.
Si bien los expertos ucranianos desconfían del riesgo de un ataque ruso a gran escala, coinciden en que Kiev debe prepararse para todos los escenarios posibles.
La capacidad de combate de las tropas es ahora mucho mayor que en 2014, cuando la anexión de Crimea tomó a Kiev por sorpresa, dijo a EFE Taras Chmut, exsoldado y uno de los dirigentes de la ONG Centro Militar de Ucrania.
“En 2014-2015, Rusia no usó sus fuerzas aéreas contra Ucrania y esta es su mejor carta. El ejército ucraniano tiene el armamento adecuado para resistir los ataques terrestres, pero no invertimos lo suficiente en defensa aérea y antimisiles “, opina Chmut.
“Sí, tenemos drones Bayraktar, pero solo 12, y en caso de una guerra a gran escala, podrían ser destruidos por las fuerzas antiaéreas y misiles rusos”, agregó.
Para disuadir a Rusia de una agresión a gran escala, tanto la respuesta de los ucranianos como de Occidente son cruciales, opinan los expertos.
Según ellos, Occidente todavía tiene tiempo para influir en la situación, armando a Ucrania e imponiendo nuevas sanciones a Moscú.
“Necesitamos el compromiso de nuestros socios para presionar a Rusia. Es lo que funcionó en primavera y lo que puede funcionar ahora. ¿Qué más puede ayudar a Ucrania ahora mismo? Aviones F-15 de Estados Unidos, más ejercicios (conjuntos) y la entrada de barcos estadounidenses en el mar Negro”, concluye Chmut.
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