La ONU reportó que el hambre en Haití se ha agravado debido al impacto de la violencia entre grupos armados, la desaceleración económica y el cambio climático
La violencia generada por grupos armados, la desaceleración económica y los efectos relacionados con el clima inciden en los altos niveles de hambre en Haití, según el informe de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) divulgado este martes.
De acuerdo con el estudio -elaborado por el Gobierno de Haití en colaboración con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otros socios- 44 por ciento de los haitianos continúa en niveles de hambre considerados de crisis (fase 3 de la CIF) o de emergencia (fase 4), pese a haberse reducido el número de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda en el país.
Se calcula que 4.35 millones de haitianos se enfrentarán a la inseguridad alimentaria aguda entre agosto de 2023 y febrero de 2024, frente a los 4.9 millones del período del análisis anterior (marzo a junio de 2023).
“Si bien siempre acogemos con satisfacción incluso una reducción modesta en el número de personas que enfrentan hambre aguda, estamos extremadamente preocupados por los altos niveles de hambre que continúan acosando a los haitianos”, afirmó el representante del PMA en Haití, Jean-Martin Bauer.
Agregó que los niveles de emergencia de inseguridad alimentaria persisten en varias regiones y la financiación se encuentra en un nivel críticamente bajo, por lo que advirtió: “Sin una inyección inmediata de fondos, corremos el riesgo de que un número aún mayor de personas pase hambre, lo que erosionará los avances logrados con tanto esfuerzo”.
El informe alerta de que las incursiones de grupos armados en zonas residenciales de Puerto Príncipe y la expansión de la actividad criminal en áreas rurales como el departamento de Artibonite, el granero de Haití, podrían provocar la disrupción generalizada de los mercados locales de alimentos y llevar al país a niveles desastrosos de hambre.
Un país en crisis permanente
“Las intervenciones agrícolas de emergencia, especialmente cuando se combinan con asistencia monetaria y alimentaria, pueden tener enormes impactos en la disponibilidad y el acceso a los alimentos. Es esencial que brindemos apoyo a los pequeños agricultores con medios de vida para alimentar a sus familias y a la comunidad en general, contribuyendo rápidamente a mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición”, consideró el oficial a cargo de la FAO en Haití, Patrick David.
La ligera mejora en seguridad alimentaria se atribuye en parte a una mayor disponibilidad de combustible frente a la situación que reflejaba el estudio anterior, lo que beneficia el costo del transporte.
Además, contribuyen a esa mejora niveles significativos de asistencia alimentaria, tanto en forma de raciones como de transferencias de efectivo, y la estabilización del gourde, la moneda local, frente al dólar, con el consiguiente impacto positivo en el poder adquisitivo de los hogares más pobres.
Según el último análisis de los puntos críticos del hambre del PMA y la FAO, Haití es uno de los nueve países que afrontan riesgos de hambruna y se encuentra entre los cinco países con más del 10 por ciento de la población en fase de emergencia.
En lo que va de año, el PMA ha apoyado a 1.5 millones de personas en Haití, proporcionando más de 40 millones de dólares en transferencias monetarias, más de 6 mil 500 toneladas de raciones de alimentos secos y comidas escolares a más de 450 mil alumnos.
Cada mes, el PMA compra productos locales por valor de más de un millón de dólares, “empoderando a los agricultores y apoyando los mercados locales”, agrega el texto.