El Pentágono llegó a un acuerdo para que el autor intelectual de los atentados terroristas del 11-S, Khalid Shaikh Mohammad, se declare culpable a cambio de una condena a cadena perpetua
Casi 23 años después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 (11-S), el Pentágono alcanzó a un acuerdo de culpabilidad con el autor intelectual de dichos ataques contra Estados Unidos: Khalid Shaikh Mohammad.
El Pentágono informó que dicho pacto de culpabilidad también incluye a otros dos acusados: Walid Muhammad Salih Mubarak Bin Attash y Mustafá Ahmed Adam Al-Hawsawi.
“Los términos y condiciones específicos de los acuerdos previos al juicio no están disponibles para el público en este momento”, explicó en comunicado.
Junto con Ali Abdul Aziz y Ramzi Bin Al-Shibb, los tres presuntos autores del 11-S fueron acusados conjuntamente y procesados el 5 de junio de 2008.
Posteriormente, nuevamente fueron acusados y procesados conjuntamente el 5 de mayo de 2012.
De acuerdo con versiones de prensa, el autor intelectual de los atentados terroristas y sus dos cómplices aceptaron declararse culpables a cambio de una condena a cadena perpetua.
Actualmente, se encuentran presos -desde 2003- en la prisión militar estadounidense de Guantánamo en Cuba.
Detalles del pacto
Según el diario estadounidense The New York Times, los fiscales del tribunal de guerra comunicaron los detalles del acuerdo a las familias de los tres acusados mediante una carta.
“A cambio de la eliminación de la pena de muerte como posible castigo, estos tres acusados han aceptado declararse culpables de todos los delitos que se imputan, incluido el asesinato de las 2 mil 976 personas enumeradas en el pliego de cargos”, señala el documento firmado por el contralmirante Aaron C. Rugh,, quien es el fiscal de Comisiones Militares.
Los tres autores del 11-S enfrentan cargos penales por conspiración, asesinatos en violación de la ley de guerra, de atacar civiles y de terrorismo.
Durante 20 años, este caso se ha visto envuelto en una serie de procedimientos previos a un juicio, debido a las torturas sufridas por los acusados en prisiones secretas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).