Tras las inundaciones del martes en España, incrementó a 158 el número de personas fallecidas por inundaciones; además, las labores de búsqueda y rescate continúan, según el último balance de las autoridades españolas
Derivado de las “peores inundaciones” en más de medio siglo en España, el número de personas fallecidas ha incrementado a 158, de acuerdo con un balance divulgado por las autoridades este jueves, mientras se continúa con la búsqueda de más víctimas arrastradas por el agua y el lodo.
A través de un comunicado, los servicios de emergencia de la región de Valencia mencionaron: “en este momento, y de forma provisional, la cifra de víctimas mortales asciende a 155 personas”; además, se registraron otras dos personas fallecidas en Castilla-La Mancha, y una más en Andalucía.
En tanto que, la emergencia meteorológica continúa, advirtió el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez Castrejón, durante una visita a la región siniestrada, quien pidió a los habitantes de Valencia quedarse “en su casa” para “salvaguardarse”.
Cabe señalar que la agencia estatal de meteorología, Aemet, decretó alerta roja por lluvias en Castellón, una zona de la comunidad valenciana al norte de las partes más afectadas, aunque rebajó su peligrosidad. Además, las labores de búsqueda continuaban, en localidades como Paiporta, una de las afectadas por las riadas que se formaron la noche del martes.
De acuerdo con la Aemet, en la noche y madrugada del martes varias poblaciones de la región recibieron más de 300 litros de agua por metros cuadrados (300 mm), mientras que el máximo se registró en el pueblo de Chiva con 491 mm, equivalente a “un año de precipitaciones”, dijo.
La comunidad valenciana y la costa mediterránea española en general sufren regularmente en otoño “la gota fría”, que es una depresión aislada en elevada altitud que provoca lluvias repentinas y peligrosas.
Ante un panorama de cambio climático, Ernesto Rodríguez Camino, miembro de la Asociación Meteorológica Española, mencionó: “Este tipo de eventos de lluvias intensas y excepcionales, se volverán más frecuentes y más intensas y, por lo tanto, destructivas”.
Con información de: El Economista