El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, felicitó este lunes a Donald Trump por su investidura como presidente de Estados Unidos, destacando su disposición para trabajar juntos en el retorno de los rehenes en Gaza, la destrucción de la infraestructura militar y política de Hamás, y garantizar que el enclave palestino no represente más amenazas para Israel.
“Estoy seguro de que completaremos la derrota del eje terrorista de Irán y marcaremos el inicio de una nueva era de paz y prosperidad en nuestra región”, señaló Netanyahu, augurando avances durante los próximos cuatro años de Trump en la Casa Blanca.
Netanyahu dejó claro que, de no cumplirse estos objetivos, Israel continuará la guerra en Gaza en lugar de extender el alto el fuego hacia una segunda fase que contemple un cese definitivo de las hostilidades.
Las tensiones entre Israel e Irán se mantienen tras el intercambio de ataques recientes, cuando la república islámica lanzó el pasado 1 de octubre 180 misiles balísticos contra Israel, que respondió el 26 de ese mismo mes con ataques a objetivos iraníes, resultando en la muerte de cinco soldados.
El asesor de seguridad nacional del gobierno de Trump, Mike Waltz, afirmó este lunes que las defensas aéreas de Irán están debilitadas y que las decisiones clave respecto a la región se tomarán en las próximas semanas.
Trump, por su parte, destacó en su discurso inaugural un enfoque pacificador para la región, afirmando que su administración trabajará por la estabilidad y la unidad en Medio Oriente.
El retorno de Trump a la Casa Blanca es visto por Israel como una oportunidad para consolidar intereses estratégicos. Durante su primer mandato, el republicano promovió los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre Israel y países como Emiratos Árabes, Baréin, Sudán y Marruecos.
“Trabajando juntos nuevamente, llevaremos la alianza entre Estados Unidos e Israel a niveles aún más altos”, afirmó Netanyahu, quien destacó el rol de Trump como mediador en estos acuerdos históricos.
Sin embargo, sectores ultranacionalistas del gobierno israelí, como el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich, ven en el nuevo mandato de Trump una oportunidad para impulsar la anexión de Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967. Smotrich afirmó recientemente que “2025 será el año de la anexión”, reflejando las intenciones expansionistas de ciertos sectores en Israel.
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