El temor a las redadas migratorias ha llevado a muchas familias inmigrantes en Nueva York a sacar a sus hijos de las escuelas. Las acciones de las autoridades, iniciadas tras la llegada de Donald Trump al poder, han intensificado el clima de inseguridad entre quienes tienen un estatus irregular.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, encabezó la primera redada en el Bronx, que resultó en la detención de un hombre acusado de secuestro, asalto y robo.
“Seguiremos eliminando de nuestras calles a este tipo de basura”, escribió en su cuenta de X, marcando la postura de la administración.
En albergues para familias vulnerables, el miedo se siente de manera palpable. Yanira, una madre venezolana con tres hijos, decidió no enviar a sus hijos a la escuela por temor a las redadas.
“Con tantas noticias sobre escuelas e iglesias, no sabemos si los niños estarán seguros”, comentó.
El panorama en los albergues también ha cambiado. Familias, como la de Angelita, una madre ecuatoriana, enfrentan notificaciones de desalojo y temen que agentes de inmigración realicen operativos en estos espacios. Desde 2022, 48 mil niños, en su mayoría latinos, ingresaron al sistema educativo de Nueva York, pero las rutinas de padres y niños han sido alteradas por el miedo.
El Departamento de Educación ha distribuido guías en inglés y español con recomendaciones para protegerse ante posibles redadas. Sin embargo, la desconfianza entre los inmigrantes crece, especialmente tras la reunión del alcalde Eric Adams con el presidente Trump y el zar de la frontera, Tom Homan.
Una madre venezolana expresó su escepticismo: “Dicen que ICE no entrará a las escuelas, pero las noticias no reflejan eso”. Mientras tanto, la incertidumbre y el temor dominan la vida de miles de familias en la ciudad.