Seguimos en proceso de pandemia del Covid-19 y los profesionales en salud mental continuamos acompañando a personas que resultan afectadas emocionalmente por el confinamiento en casa y en aquellas que se encuentran en un proceso de duelo por la pérdida de salud, trabajo o el fallecimiento de una persona cercana. Nos preparamos para poder ofrecer el acompañamiento en crisis o psicoterapia de duelo a quienes lo soliciten.
Las características traumáticas de una muerte inesperada, repentina, la falta o limitación del apoyo social y las dificultades para realizar las tareas de un duelo normal son factores importantes que predicen un duelo complicado de larga duración. Aunque solemos decir que una persona “debe vivir su propio duelo en el tiempo adecuado”, la manera de morir en tiempos de esta pandemia ha roto esquemas teóricos en la intervención psicotanatológica tradicional. La dificultad de ofrecer este tipo de ayuda al paciente con mal pronóstico de salud que le es imposible expresar el afecto, el perdón o la gratitud, y a los familiares en los primeros momentos de la pérdida, conlleva la posibilidad de desórdenes en el duelo como son la angustia generalizada, la depresión, el Estrés Postraumático (EPT) y/o el Desorden por Duelo Prolongado (DDP). También, el no contar con un acompañamiento adecuado en los supervivientes incrementa la percepción de sufrimiento, soledad, abandono, culpa, negación, enfado, falta de rituales significativos y desatención de otras necesidades específicas hace que posteriormente se presenten fracasos terapéuticos acompañados de conductas adictivas, suicidio o problemas crónicos de salud en los dolientes.
Una atención temprana, preventiva, puede favorecer que el duelo normal tenga una terminación saludable. No solo es poner atención en el foco de “la despedida” y otros aspectos relacionales de la pérdida, sino también es generar un acompañamiento en los elementos traumáticos alrededor de las circunstancias de la muerte y que habría que abordarlas como “tareas para el doliente”.
Aunque las reacciones de duelo son diversas, aun en integrantes de una misma familia, y los dolientes sufren recuerdos vívidos acerca de las circunstancias previas, durante y posteriores a la muerte de su ser querido, es común descubrir percepciones imaginadas o que se desconocían y que son expresadas con incertidumbre, tristeza, culpa o malestar somático, pero que tienen que ser habladas, en el momento adecuado, para explorarlas y elaborarlas y que el sufrimiento disminuya.
Todos estamos expuestos a vivir un duelo, propio o de alguien cercano, de manera inesperada y es difícil contar con las herramientas que nos aseguren un duelo exitoso. No se trata de negarlo o desplazarlo a otras circunstancias. Se trata simplemente de hablarlo en toda su magnitud y para ello están los profesionales de la salud mental para escucharlo.
Línea telefónica para solicitar una atención psicológica, sin costo, por los efectos del confinamiento: 442-186-5929.
* Presidente del Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro, AC
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