Ahora resulta que las medidas de seguridad y protección están de moda y resultan importantes no solo para evitar accidentes o ser víctima de la delincuencia o ser descubierto en alguna infidelidad, sino también para no ser contagiados del nuevo coronavirus. Lo anterior solo aplica para quienes se preocupan y ocupan de su salud y tienen necesidad de salir a la calle.
Hay que asumir la nueva actitud de vivir seguro como una manera de prevenir situaciones de riesgos físicos, económicos y emocionales; hay que estar siempre alertas y atentos a nuestro alrededor. Recordemos que el nuevo coronavirus, al igual que la delincuencia y la violencia, no respetan edad, sexo, clase social, profesión, estatura ni preferencia religiosa, política o sexual.
El andar en la calle evidencia nuestra educación, así como el caminar refleja nuestra personalidad. Por ello, debemos ser atentos, respetuosos, participativos y cooperadores, sobre todo si nos acompañan menores de edad. La psicología de la calle nos dice que esta es un espacio educativo y socializador, sobre todo para promover hábitos de estilos de vida saludables entre los niños y adolescentes. La calle es un lugar idóneo para convertir el ocio y el tiempo libre en elementos para el desarrollo personal.
Para protegernos del coronavirus, ahora debemos salir de casa sin nada ostentoso que nos distinga, pues puede verse dañado del sanitizante que nos apliquemos al regresar o por el lavado especial que tengamos que aplicarle. No se diga del calzado costoso, tendremos que acostumbrarnos a dejarlo en la puerta de la casa, fuera de nuestro cuidado, así como lo haremos con el paraguas en estos tiempos de lluvia. Debemos estar atentos a las señales de peligro, como son: acudir a lugares muy concurridos, utilizar transporte público con saturación de pasajeros, visitas a clínicas u hospitales, pero, sobre todo, andar por la calle. Ahora solo se podrá caminar de ida por la acera de nuestra derecha, ya que la izquierda será de regreso. De esta manera se evitará chocar de frente con otra persona o estar expuesto a la respiración de quien no traiga cubrebocas. Esta medida es ideal para andar con la pareja o con la mascota y no encontrar obstáculos al frente. Al esperar subir a un transporte público, deberá hacer uso de la fila única para abordar, tomando su respectiva distancia con la persona que va delante. Cuando acuda a un banco o cajero automático, no olvide llevar su desinfectante antibacterial y una bolsa de plástico para guardar el dinero que retire. No se preocupe de la Guardia Nacional: usted ya puede lavar dinero en casa sin cometer delito alguno.
No preste atención a los vendedores ambulantes de cubrebocas, caretas, guantes, overoles de plástico o tapetes sanitizantes, estos pueden tener doble intención u ofrecerle producto pirata. Está bien que los parques se reabran, pero estará prohibido conversar en grupo o “en bolita”, no más de cuatro personas. Si son más, podrán hacer uso del celular para hablar y cumplir la sana distancia.
Tenga presente que si se encuentra en situación de riesgo, debe conservar la calma y no alterarse, evalué la situación y considere que siempre tiene la alternativa de no tocarse la cara ni meter su dedo a la boca y que al llegar a casa puede darse una ducha completa.
Estar enfermo de la Covid-19 no es un delito, por lo que no podemos denunciar a quién o cómo nos contagiamos. Si quiere vivir seguro y andar en la calle los próximos dos años siga todas las recomendaciones posibles.
Línea telefónica para solicitar una atención psicológica, sin costo, por los efectos del confinamiento: 442-186-5929.
* Presidente del Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro, AC
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