El año electoral nos ha alcanzado y no dará tregua. De aquí a ese día tan relevante para el devenir de una generación, escucharemos acusaciones, deslindes, señalamientos, insultos y alguna que otra propuesta clara que permita decidir por quién votar. Desde esta columna nos atrevemos a predecir que un alto porcentaje del contenido de las campañas será la ciudad.
Y es que la política ha encontrado en el urbanismo una gran fuente de inspiración. Los temas como movilidad, ciudad compacta, sostenibilidad, agua y cambios de uso de suelo son, a lo largo de todo el país, viñetas recurrentes para el diseño de las estrategias para atraer el sufragio. Querétaro no será la excepción.
Un escenario, sin duda, será el transporte colectivo, asignatura de alto impacto en las preferencias y que podría desprender las promesas más sonoras. Los “ejes estructurantes”, los carriles confinados y el costo del camión volverán al centro del debate. Tendremos múltiples y grandes ofertas en sentido de que ahora sí se llegará al fondo en la solución para una conectividad metropolitana. ¿Será?
También la discusión respecto de la red de movilidad no motorizada volverá con fuerza. Esta vez no habrá candidato repartiendo marros de plástico para demoler la guarnición de la ciclovía de Av. Universidad, pero sí podría haber quien exija que la movilidad ciclista por fin tome un rumbo definido en nuestras principales ciudades.
También saldrá a la palestra la obra pública y su calidad; creemos que se convertirá en una inagotable fuente de crítica donde harán palanca los opositores. Y así como en 2018 se expuso el bajo nivel de los materiales con que se pintaron los cientos de kilómetros de los carriles para la bicicleta, en esta próxima elección se podría incidir sobre la errática operación de este proyecto aún inconcluso.
Otro tema será la especulación urbana y los convenientes cambios de uso de suelo en terrenos agrícolas, aunque lo que sobre sea tierra urbanizada por ocupar; ya hay un vídeo circulando hecho por la UAQ que acusa un contubernio entre desarrolladores y políticos que podría tener varios capítulos en producción. Volarán flechas envenenadas no hay duda, pues la izquierda buscará contrastar a los “conservadores” señalando la riqueza de algunos que, disfrutando de información privilegiada, supieron casualmente dónde comprar, dónde invertir, y hoy son dueños del futuro.
No obstante el gran ‘rating’ de estos temas, el campeón podría ser el del agua. Su administración siempre polémica, siempre calificada de opaca, siempre utilizada como estandarte por la oposición, se verá expuesta. Muchos subtemas tiene este tema, que no solo es la capacidad de la red de agua potable para garantizar el abasto a todos los rincones de la entidad y los municipios más desarrollados. Está también el del tratamiento de aguas y el siempre espinoso asunto de las inundaciones, que en algunas zonas de la ciudad es una calca cada tres años, donde colonos y candidatos ya se saben el guión.
La del 2021 podría ser la elección donde por fin alguien se comprometa seriamente con la planeación y se asegure la creación de las instancias de gobernanza metropolitana que la ley obliga, pero que no tenemos. Podrían ser los comicios donde se asegure el cinturón verde de la ciudad y se deje de especular sobre la inefable urbanización de Peña Colorada y el Parque Nacional del Cimatario.
Son muchos los temas, queridos lectores, todos importantes, todos polémicos, donde deberemos poner atención para saber a quién darle nuestro sufragio, pues de ello dependerá que en seis años la ciudad no acuse, como lo hace ahora, los abusos espaciales que se cometen cuando no hay quién vigile.