Nuevamente es 25 de noviembre. De nuevo la prensa destaca datos, cifras, casos, crónicas, historias y testimonios para visibilizar la urgencia de poner fin a la violencia en razón de género y especialmente la violencia que se ejerce contra niñas, jóvenes y mujeres.
Ojalá la prensa mexicana dedicara más espacio a visibilizar esta violencia y no solo el 25 de noviembre.
Un día al año, una fecha no es suficiente para hablar de estos temas que deben ocuparnos permanentemente y evitar que se quede en ese modelo retrógrada del “periodismo de efemérides”.
Lo que es urgente es que los propios medios y sus periodistas se den cuenta de que ser políticamente correctos no sirve si no cambian la manera de hacer las cosas.
En general, la prensa nacional sigue siendo machista, misógina y patriarcal.
La mayoría de los medios siguen usando un lenguaje excluyente de las mujeres y sigue justificándose de mil maneras para insistir que el “todos” también las incluye a todas.
Medios y periodistas siguen privilegiando la revictimización de las mujeres en casos de violencia intrafamiliar y feminicidios, y, en el peor de los casos, las criminalizan al publicar la información en la sección policiaca o las responsabilizan por el simple hecho de ser mujeres.
Desde las redacciones vulneramos los derechos de niñas, jóvenes y mujeres publicando sus fotos, datos personales o su vida privada y esa también es una forma de violencia.
Los periodistas en general carecemos de conocimientos, información y hasta empatía sobre los temas de género, pero también hay muchas periodistas que no tienen visión de género aunque sean mujeres.
Y si los medios publican vulnerando a las mujeres, desde las redacciones persisten los esquemas de violencia en contra de las periodistas.
Pocas mujeres llegan a cargos directivos en medios; pocas tienen oportunidad de desarrollo profesional dentro de sus medios; la mayoría sigue ganando menos salario que sus pares hombres o bien son asignadas a funciones y coberturas más ‘light’ porque son mujeres.
Las mujeres que tienen algún cargo de toma de decisiones siguen enfrentando a sus subalternos masculinos que las ignoran, las confrontan y las quieren hacer ver como ineptas o incapaces.
Muchos medios siguen despreciando a sus conductoras de noticias haciéndolas ver menos inteligentes que sus pares hombres. La prensa escrita tiene más columnistas varones que mujeres y la televisión sigue usando estereotipos de mujeres para las secciones del tiempo, espectáculos o deportes.
Los medios de información poco podrán hacer para visibilizar la violencia hacia las mujeres si desde sus redacciones mantienen estructuras patriarcales en las que violentan a sus propias periodistas.
Si siguen haciendo eso, sus mensajes políticamente correctos se quedarán en mera hipocresía y falsedad.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 horas, por Radio Educación.
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