El narcisismo propio de los tiempos actuales nos ha causado un gran daño. Nos ha hecho creer que tenemos lo que tenemos porque nos lo merecemos. Si bien esta creencia lleva algo de verdad, a final de cuentas nos conduce al autoengaño, pues una cosa es ganarse el pan con el sudor de la frente y otra muy distinta pensar que somos especiales y, por ende, dignos de privilegios que, en realidad, usurpamos.
Practicar la gratitud es una virtud que bien puede servirnos para inclinar el fiel de la balanza. El vocablo se deriva del latín ‘gratia’ y se refiere a la cualidad de saber dar y recibir. En el ensayo “La gratitud y la ciencia de la psicología positiva”, Emmons y Shelton definen a esta como la capacidad de apreciar la vida y maravillarse ante sus dones y milagros. Al igual que la compasión, forma parte de las llamadas emociones empáticas, pues surge del reconocimiento hacia la generosidad de otros y de la vida misma, que nos obsequia con su grandeza.
Nos enaltece agradecer la felicidad y la abundancia cuando llegan a nosotros, pero más nos engrandece manifestar gratitud al Universo por las experiencias difíciles de nuestro peregrinar por la vida, ya que salir avante de nuestros retos nos dignifica y nos fortalece.
Las investigaciones revelan que dar las gracias de manera consciente puede tener un profundo efecto positivo en nuestro bienestar y en nuestras relaciones. De acuerdo con “The Journal of Positive Psychology” y otras publicaciones científicas, las personas que suelen mostrar agradecimiento son más felices y gozan de más salud.
Los beneficios de practicar la gratitud son múltiples y variados: caridad: las personas agradecidas donan un 20 por ciento más de manera altruista. Edad: la gratitud está relacionada con la edad: por cada 10 años más de vida, la gratitud se incrementa en un cinco por ciento. Comunidad: los lazos que unen a las personas agradecidas con las comunidades de las que forman parte son sólidos. Salud: las personas agradecidas padecen un 10 por ciento menos de enfermedades asociadas con el estrés; asimismo, la condición física de las personas agradecidas es superior al promedio. Trabajo: los ingresos económicos de las personas felices son un siete por ciento más altos. Juventud: Los jóvenes con un nivel alto de agradecimiento obtienen calificaciones 20 por ciento más altas, y los adolescentes con niveles altos de agradecimiento son menos propensos a fumar. Vida: las personas que experimentan más emociones positivas viven siete años más que el promedio.
La Universidad de Berkeley propone algunas sencillas herramientas para practicar la gratitud de manera cotidiana. Una de ellas es el diario de gratitud, cuyo propósito es mostrar aprecio por todo aquello que recibes en tu vida. Simplemente escribe, al final del día, tres a cinco cosas por las cuales te sientas agradecido o agradecida. Pueden ser cosas pequeñas: “Agradezco la ensalada tan rica que pude disfrutar a la hora de la comida”. O acontecimientos de mayor importancia: “Susy me acaba de avisar que nos visitará en verano…¡Gracias, hermanita!”.
Otra de las técnicas consiste en regalar sonrisas inesperadas a aquellas personas con las que convives a lo largo de la semana, en particular en momentos en que observes que atraviesan por una situación difícil o frustrante. Podrás darte cuenta de que, sin que te lo hayas propuesto, te lo agradecerán.
El diputado federal de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, explicó que la extinción del INAI también…
Demanda de tarjetas bajó ante avance en abordaje con modalidad de prepago: AMEQ Que la…
Aseguran que el proyecto es beneficiado con el Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría de…
Tras haber derrotado 3-0 a los Rojinegros del Atlas en el Play-In, los Xolos de…
Con la salida del carro del anuncio en el Centro Histórico de Querétaro, comenzaron oficialmente…
Con una ventaja de más de 95 mil votos, Yamandú Orsi, candidato del izquierdista Frente…