Hace un par de semanas, el buen colega Alberto Torres Sosa, un incansable reportero tabasqueño, me buscó para comentarme que andaba de nuevo, sí, de nuevo, organizando un evento para capacitar a periodistas. Desde que conozco a Alberto, se la vive organizando cursos, seminarios, talleres y cuanta actividad sirva para elevar la calidad del periodismo en su estado y, claro, en el país.
El buen Alberto me buscó para pedirme algún contacto de alguna persona que pudiese dar un curso de periodismo medioambiental. Yo opté por pasarle el contacto de un grupo de activistas que andan en varias organizaciones no gubernamentales y que trabajan diferentes temas relacionados con la protección del medio ambiente, de la flora y la fauna, sobre producción sustentable y sostenible.
Y es que en México hay pocas personas que hagan periodismo especializado en este rubro, que es amplísimo. Cuando hablamos de medio ambiente, no hablamos solo de contaminación, de energías limpias o de reforestación. El tema es tan vasto y enorme que una sola persona no podría hacerlo.
Por eso aplaudo siempre el entusiasmo de Alberto de siempre querer aprender cosas nuevas y compartirlas con sus pares.
Esto me lleva a reflexionar sobre lo que hemos dejado de hacer desde el periodismo para abordar el calentamiento global, la sobreexplotación de recursos o la ausencia de una cultura para proteger nuestro entorno.
Los temas medioambientales en los medios de repente enfrentan lo mismo que otros asuntos relevantes. Solo cuando vemos una verdadera tragedia es cuando se convierte en noticia. Solo cuando hay incendios terribles, derrames petroleros, intoxicaciones de ríos o la muerte masiva de alguna especie es cuando la prensa voltea a ver el tema, en vez de hacerlo desde antes, de manera cotidiana.
Los temas relacionados con la protección y cuidado de nuestro planeta y sus recursos deberían estar permanentemente en nuestros medios desde la visión del periodismo de soluciones, por ejemplo.
Dicho sea de paso, muchos temas ambientales están íntimamente ligados a la corrupción gubernamental y empresarial, y por lo tanto investigarlos y difundirlos puede ayudar no solo a detener las afectaciones al planeta, sino a descubrir estos actos que afectan también el gasto público y violentan los derechos de las personas.
Hacer periodismo medioambiental, insisto, no es tarea fácil, pero sí hace falta que vayamos promoviendo más cursos, talleres y actividades de formación profesional de periodistas en estos temas, como lo hace mi buen amigo Alberto Torres Sosa.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 h, por Radio Educación.
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