En varias ocasiones me he referido a una frase importante para el periodismo profesional: “Si tu mamá te dice que te quiere… compruébalo”.
Esto es simple. El periodismo profesional obliga a verificar, comprobar, documentar, contrastar, demostrar y poner los hechos por encima de las opiniones de las fuentes y especialmente por encima de las valoraciones personales.
Hace siete años, el colega periodista Rogelio Hernández López publicó un texto sin desperdicio que tituló: “El 4 de enero no es día del periodista”. Me permitiré transcribir un fragmento de este texto.
“El 4 de enero de 2013, la oficina de la Presidencia de la República emitió un comunicado oficial con felicitaciones a los periodistas de México por su Día. Sin mayores explicaciones, al año siguiente también hubo ‘felicitación’ tuitera de Enrique Peña Nieto. Es una fecha que en algunos años conmemoró el gobierno del Estado de México, también con Peña como gobernador. Pero no existe ninguna explicación que legitime por qué quiere imponerse esa fecha oficialmente como el Día del Periodista en México”.
El único referente, además de esa cuasi conmemoración mexiquense, es que el 4 de enero se recuerda el natalicio del periodista jalisciense Manuel Caballero, en 1826, quien fuera un reportero que en su tiempo aportó nuevas formas y métodos para reportear.
Pero no hay ningún decreto, documento oficial ni nada que afirme que el 4 de enero debe reconocerse a los periodistas.
Peor aún. Desde 2014 colegas de varias partes del país “festejan y se felicitan” por un día que no nos representa, que fue una invención de un expresidente.
Asumir esa fecha como una conmemoración al ejercicio profesional del periodismo falta al criterio elemental de verificar, comprobar, documentar, contrastar, demostrar y poner los hechos por encima de las opiniones de las fuentes, y al mismo tiempo es aceptar una imposición sin sentido.
En un país donde se han documentado más de 100 asesinatos de periodistas desde el año 2000, donde el promedio anual de agresiones rebasa las 600, donde hay al menos 25 colegas en situación de desaparición y donde la mayoría de las agresiones provienen desde el Estado, aceptar una “conmemoración” de esta naturaleza es besar la mano del verdugo.
Comparto la propuesta que desde hace muchos años han hecho otras y otros colegas periodistas de que como gremio asumamos el 30 de mayo como el día para reconocer el trabajo de informar. ¿Por qué 30 de mayo?, porque es la fecha en que fue asesinado Manuel Buen Día Téllez-Girón.
En tanto, yo no tengo nada que conmemorar este ni ningún 4 de enero.
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*Periodista, autor del “Manual de autoprotección para periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 h, por Radio Educación.
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