El 13 de marzo de 2003 se publicó en el “Diario Oficial de la Federación” la “Ley general de derechos lingüísticos de los pueblos indígenas”, una esperada legislación que en principio reconoció a las más de 60 lenguas originarias y sus más de 200 variantes dialectales como idiomas oficiales de nuestro país, equiparadas al español.
Entre otros, esta ley reconoce el derecho de las personas indígenas a hablar libremente su lengua materna y la obligación de todas las oficinas públicas a tener hablantes de lengua y comunicación en lengua materna, un tema que los gobiernos no han cumplido. El mejor pretexto siempre es la falta de presupuesto para ello.
Como periodistas podemos criticar y denunciar esta omisión por parte de los gobiernos, pero lo cierto es que también deberíamos aportar lo que nos corresponde para que la información que buscamos, investigamos, documentamos y publicamos llegue a las personas que hablan una lengua distinta a la mayoritaria, que es el español.
Casualmente en ese año 2003, el experimentado comunicólogo Juan Humberto Vital y yo hicimos varios cursos de periodismo para el personal de las radios del Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas, la entonces Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). La meta era darles herramientas para que pudiesen construir notas periodísticas para radio, pero para que fuesen transmitidas en lengua materna.
Aquel fue uno de los varios esfuerzos por acercar el periodismo a los medios indígenas; incluso hubo algunos periódicos que se imprimían en lengua materna, pero sucumbieron ante la falta de ingresos y el embate de Internet, que abrió también nuevas posibilidades.
Este 21 de febrero se conmemoró una vez más el Día Internacional de la Lengua Materna y, al incumplimiento oficial por garantizar el uso, enseñanza y preservación de las lenguas originarias, debemos agregarle la falta de interés de los medios por incluir contenidos en estas diversas formas de comunicación.
Es una tarea difícil en momentos en que los medios emergentes enfrentan dificultades para sobrevivir financieramente hablando, pero incluir contenidos en lenguas indígenas no solo reduciría brechas de desigualdad y daría acceso a información con valor para personas que pertenecen a grupos históricamente discriminados; incluir contenidos periodísticos en lengua materna podría abrir otras posibilidades de negocio y acceso a fuentes de financiamiento.
Sería resolver dos oportunidades a la vez; un tema de derechos y otro de viabilidad de negocio.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 h, por Radio Educación.
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