Hablemos de ansiedad. Empezaré haciéndote unas preguntas para indagar cómo te sientes al respecto. O bien, contéstalas pensando en alguien cercano a ti que tal vez sea víctima de la ansiedad. En los últimos siete días: 1. ¿Te has sentido nervioso, intranquilo o con los nervios de punta? Opciones de respuesta para esta y las siguientes preguntas: A) No. B) Sí, varios días. C) Sí, casi todos los días. 2. ¿Sientes que te ha resultado difícil dejar de preocuparte por algo en particular? 3. ¿Te has preocupado demasiado por diferentes cosas? 4. ¿Has sentido dificultad para relajarte? 5. ¿Has sentido una inquietud tal que te ha sido difícil sentarte tranquilo? 6. ¿Te has puesto irritable con facilidad? 7. ¿Has sentido miedo, como si algo terrible pudiera pasar?
El anterior cuestionario fue diseñado por Robert Spitzer, un médico, para establecer el nivel de ansiedad en un individuo. Si respondiste con B o C a varias de las preguntas, es posible que tu ansiedad sea más o menos elevada. Si fuese así, ¿es esto preocupante? No necesariamente: al igual que la tristeza, la ansiedad es una emoción que nos ayuda a estar en alerta ante un posible peligro. Una vez superado el riesgo, la ansiedad cesa o disminuye automáticamente. De lo contrario, podría convertirse en motivo de preocupación, sobre todo si empieza a alterar tu vida cotidiana.
La ansiedad exacerbada podría ser también síntoma de una enfermedad mental. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y el trastorno obsesivo-compulsivo, caracterizados por irritabilidad, impaciencia, tensión muscular, preocupación excesiva, problemas de sueño, problemas de concentración y fatiga.
Imgur, un sitio web en el que 300 millones de usuarios comparten imágenes e información sobre asuntos de interés, declaró la presente semana (15 al 21 de mayo) como Semana de Concientización sobre la Salud Mental, siendo su tema principal la ansiedad, que será también el tema emblemático del Día Mundial de la Salud Mental, el 10 de octubre.
Me referiré ahora a dos mitos comunes sobre la ansiedad. Uno: “La ansiedad está en la cabeza”. Realidad: La ansiedad se presenta no solo en el ámbito mental, sino también en el físico, ya que puede venir acompañada de problemas para respirar, una aceleración en los latidos del corazón y dolores musculares. Dos: “La ansiedad se da porque te preocupas demasiado de las cosas”. Realidad: Las preocupaciones van y vienen, mientras que la ansiedad constante nos lleva a reaccionar de manera desproporcionada ante situaciones de la vida diaria, por lo que tiende a ir más allá de las frustraciones cotidianas.
Si padeces de ansiedad, emprende las siguientes acciones: No te quedes encerrado en casa, sal a caminar para distraerte; escucha tu música favorita, te resultará terapéutico; ponte a ordenar tus cosas, ya que organizar tu ambiente inmediato te permitirá moverte a la vez que se aclarará tu mente; evita el aislamiento, acércate a tus amistades y seres queridos; procura nuevos pasatiempos, tu cerebro te agradecerá los renovados retos; no permitas que la ansiedad controle tu vida, evita las situaciones problemáticas tanto como puedas. Si las medidas anteriores no tienen el resultado deseado, recurre a la ayuda profesional. No solo no hay nada de malo en ello, sino que será una excelente manera de demostrarte lo mucho que te valoras y te quieres.
