El patrimonio arqueológico de Peña Colorada

En 2019, Códigoqro publicó en “Peña Colorada y el ansiado decreto que no llega”, que por si el valor ecológico de la zona no hubiera sido suficiente para que -en casi dos décadas- se hubiera emitido el decreto para blindar a Peña Colorada, desde el 2007, el entonces representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Querétaro, Diego Prieto (actual titular del instituto a nivel nacional) advertía que habían encontrado vestigios arqueológicos en la zona y que debía velarse por la protección de ese patrimonio.

“Sí hay algunos sitios arqueológicos, ubicaciones con vestigios arqueológicos fundamentalmente concentraciones de material cerámico, de objetos de obsidiana y pétreos. Probablemente sí haya 5 o 6 lugares con algunas estructuras, menores, pero sí estructuras constructivas prehispánicas. Por otro lado, elementos arquitectónicos, construcciones históricas, como construcciones hidráulicas (una compuerta, algunos bordos y otros elementos que tenemos como capillitas otomíes) …”, declaró entonces.

Y dijo sentirse tranquilo de la intención del Gobierno del Estado de declarar la zona como Área Natural Protegida, por la compatibilidad estrecha entre la conservación ecológica y la del patrimonio cultural…

El Decreto que declara Área Natural Protegida, con el carácter de área de protección de recursos naturales, cerca de 5 mil hectáreas de Peña Colorada, señala que ahí, “están registrados, entre otros, los sitios arqueológicos Peña de los Cuervos, San Vicente Ferrer Oeste, NE del Cerro Rueda Panales y Bordo de la Noria, consistentes en edificaciones y concentraciones de cerámica y lítica”.

También consigna que, conforme al INAH, “dicho patrimonio arqueológico resulta indispensable para comprender el desarrollo cultural de la región y cuyas principales amenazas son la agricultura intensiva y el crecimiento acelerado de la zona urbana, por lo que se requieren mecanismos y estrategias adecuadas que permitan su preservación, protección, investigación y difusión para la recreación, la cultura e identidad nacional”.

Según el Estudio Previo Justificativo -elaborado en julio de 2014- para el establecimiento del Área Natural Protegida de competencia de la Federación con la categoría de Área de Protección de Recursos Naturales, ubicada en el estado de Querétaro y publicado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), en materia de arqueología, Peña Colorada “cuenta con 13 sitios registrados en el Atlas Arqueológico Nacional, de los cuales ocho tienen edificios prehispánicos, tres consisten en concentraciones de cerámica y lítica y dos corresponden a concentraciones de lítica”.

El documento cita tres sitios arqueológicos tipo concentración de cerámica y lítica: Cerro las Mujeres, Ladera de Cerro Rueda Panales y El Salitre; ocho sitios con estructura: Cerrito del Horno, Bordo de la Noria, Peña de los Cuervos, Potrero el Bernabel, El Mogote y El Mirtal, NE del Cerro Rueda Panales, San Vicente Ferrer Oeste y La Rica; y dos con concentración lítica; Cerrito de las Cuevas y Rancho Mitla.

Asimismo refiere la existencia de diez monumentos históricos incluidos en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del Estado de Querétaro (INAH 1990): Hacienda Buenavista, Capilla de la Santa Cruz de la Peñita, Compuerta de la Presa y Bordos de Buenavista, todos estos en la localidad Buena Vista, Querétaro; Capilla de San Antonio, Capilla Indígena, Capilla de la Santa Cruz, Capilla, Parroquia de San Pablo y Troje, en la localidad San Pablo, Querétaro; y Hacienda el Salitre, en la localidad El Salitre, Qro.

En 2019, la directora del Centro INAH Querétaro, Rosa Estela Reyes García, detalló que los 13 sitios arqueológicos donde fueron encontrados los vestigios líticos y arquitectónicos, estaban documentados; unos en Querétaro y otros en El Marqués, pero todos dentro de la poligonal.

Pero, al ser cuestionada sobre si en los sitios identificados existía vigilancia o se encontraban abandonados, respondió: “No hay manera, tenemos mil 100 sitios (en el estado) y 8 arqueólogos”.

Es decir, los arqueólogos acudieron al lugar, encontraron hallazgos que permitieron presumir la existencia de asentamientos, registraron los sitios en el Atlas Arqueológico; pero no había un estudio, un trabajo de campo, ni recursos para ello.

Sin embargo, advirtió que el propietario de un terreno ubicado en la poligonal de zonas arqueológicas, no puede, por ley, hacer ningún desarrollo inmobiliario; ya que podría iniciarse un procedimiento jurídico en su contra, ser denunciado y tener consecuencias.

Ojalá que hoy, el INAH realice en Peña Colorada el salvamento y la preservación arqueológica que los queretanos merecemos; más allá de que los esfuerzos de la institución estén encaminados -por orden presidencial- a la ruta del Tren Maya.

Peña Colorada, el fruto apetecido