¿Por qué a Andrés Manuel López Obrador le cuesta tanto trabajo respetar la ley?, ¿Por qué si juró guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo le confirió, no lo hace?
¿Por qué si el artículo 6o. de la Carta Magna consigna que “el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley”, a él no le importa?
¿Por qué si la Ley Reglamentaria del artículo 6o., párrafo primero, de la Constitución, en materia del derecho de réplica expresamente dice que “Las disposiciones de esta Ley son de orden público y de observancia general en toda la República Mexicana; tiene por objeto garantizar y reglamentar el ejercicio del derecho de réplica que establece el primer párrafo del artículo 6o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, él no la acata?
¿Por qué si el artículo 3o. de la misma norma señala que “Toda persona podrá ejercer el derecho de réplica respecto de la información inexacta o falsa que emita cualquier sujeto obligado previsto en esta Ley y que le cause un agravio”, él lo impide?
¿Por qué si Hugo Roberto Pérez Lugo, Juez Segundo de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de México, consideró fundados los conceptos de violación y transgresión del derecho de réplica de la senadora Xóchitl Gálvez y le otorgó un amparo para que en la trasmisión de la mañanera, en el mismo horario y con características similares, pudiera aclarar la información falsa e inexacta difundida el 5 de diciembre de 2022 por el mandatario sobre su persona (“Acaba de decir la señora Xóchitl Gálvez que ella va a quitar los programas de apoyo a los adultos mayores, lo mismo planteó la que era candidata del PRI en Hidalgo, y han votado para que no se apoye a los adultos mayores, ni se apoye la educación pública, ni se apoye la salud pública, que no se entreguen becas a personas con discapacidad, porque todo eso para ellos es populismo, es paternalismo”; cuando ella lo que dijo fue: “Algo que aprendí de mi abuelo es ganar tu comida trabajando y creo que lo que tenemos que hacer es que estos apoyos sean temporales, darles habilidades, darles educación, certificación laboral, competencias laborales, generar fuentes de empleos, para que la gente pueda salir adelante”), no acató la resolución… sin importar si ella le cae mal, si es de oposición, si busca o no alguna candidatura y si el Consejo Nacional de Litigio Estratégico que llevó el asunto está ligado a Claudio X González?
¿Por qué si ese juez federal resolvió que la citada ley reglamentaria sí prevé un mecanismo que garantiza el ejercicio de ese derecho frente a autoridades como el Presidente de la República, cuando difunda información falsa o inexacta y sea responsable del contenido original; y, por ello, debe considerarse sujeto obligado, él decide incumplir?
¿Por qué si el juez resolvió que, con sus mañaneras, el presidente tiene una difusión mayor -por encima de los canales de noticias- y está en una posición notoriamente preferente para pronunciar y difundir en el mercado de ideas, y, por ende, el no otorgar el derecho de réplica acarrearía una desinformación a la sociedad e impactaría el derecho de acceso a la información de la sociedad; él no lo asimila?
¿Por qué el presidente como dice una cosa: “Y si me obligaran a garantizar el derecho de réplica, lo voy a hacer; si la autoridad competente me lo exige, cumpliría yo con eso sin ningún problema, pero que haga su trámite, porque ya es el colmo, tienen todos los medios de información. Denuncian, gritan, insultan ¿y todavía quieren venirse a meter aquí?; pues no”, dice otra: “Es una jugarreta, de verdad, de verdad, de muy bajo nivel, muy vulgar, porque lo que están buscando los abogados y Claudio y todo este bloque reaccionario, conservador y corrupto, pues es que les dé el amparo el Poder Judicial y que yo diga: ‘No. ¡Ah, incumple el amparo! ¡No respeta el Estado de derecho!’ Pues no es así, no es así, es un proceso legal y nos reservamos el derecho de admisión”?
La respuesta a todo lo anterior es sencilla: Porque a Andrés Manuel López Obrador, la silla presidencial le quedó grande; porque su soberbia y resentimiento le han impedido mirar en todo “por el bien y prosperidad de la Unión”, a pesar de haber protestado lo contrario… y precisamente porque no lo ha hecho así, ¡la Nación se lo demanda!
