Hace un par de semanas platicaba sobre la iniciativa presidencial de reformar varios artículos del “Código penal federal” para sancionar el uso de drones como armas o como vehículos para transportar productos ilegales.
Apenas hace dos semanas hablaba de la importancia de cuidar esas regulaciones para no violentar ni menos criminalizar el trabajo periodístico que utiliza drones para documentar hechos noticiosos.
Pues, apenas el domingo pasado, un elemento de la Guardia Nacional tuvo la ocurrencia de derribar a balazos un dron de un colega periodista que documentaba un accidente de tránsito en el municipio de Tecamachalco, Puebla, y, encima, de amenazar al colega con denunciarlo ante el Ministerio Público.
Este suceso muestra la urgencia de proteger el derecho de informar de los periodistas que usamos aeronaves no tripuladas.
Volar drones ya está regulado conforme a las leyes de aeronáutica civil, pero recordemos que el gobierno quiere endurecer la normatividad para evitar ataques del crimen organizado contra fuerzas de seguridad, como hemos visto en Guanajuato y Chihuahua.
Está bien la regulación y es claro que como periodistas debemos respetar las leyes al momento de usar estos dispositivos.
Sin embargo, lo sucedido en Puebla muestra también la urgencia de fortalecer la capacitación en materia de derecho a la libertad de expresión, porque las policías, las fuerzas federales, soldados y marinos siguen sin entender que no pueden obstruir la labor informativa de periodistas.
En febrero pasado, presumía yo dos actividades relevantes de formación profesional para policías y periodistas: la primera, en Tlaxcala, con elementos de la Policía Estatal; la segunda, en Ciudad de México, donde participaron elementos de 16 corporaciones policiacas estatales.
En ambos casos, compartimos con periodistas el Protocolo de Primer Respondiente, para que entiendan cómo las policías y fuerzas de seguridad acordonan un lugar donde sucedió un hecho relevante.
Y también explicamos a los policías qué es lo que como periodistas hacemos cuando acudimos a estos escenarios, qué información buscamos y qué es lo que necesitamos que nos compartan las autoridades.
Esta ocurrencia de un guardia nacional de derribar a balazos el dron de un periodista es el claro ejemplo de que la capacitación es urgente, porque estorbar la labor profesional de periodistas significa un atentado al derecho de la sociedad a ser informada.
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*Periodista, autor del “Manual de autoprotección para periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 h, por Radio Educación.
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