Thomas Erikson, un profundo observador del comportamiento humano, se dedicó a observar patrones distintivos en la manera de ser y de actuar de las personas que ha conocido en su vida. Fruto de su observación, escribió un libro que actualmente se ubica en la lista de los más vendidos en el Reino Unido.
En dicha obra, identifica cuatro estilos de personalidad, a los que bautizó con nombres de colores: rojos, amarillos, verdes y azules. Estoy seguro de que te reconocerás en alguno de ellos y que podrás también reconocer, en las descripciones siguientes, a parientes, colegas y amigos.
LA CONDUCTA ROJA. El lema de los rojos es “vamos a hacerlo ahorita mismo y a nuestra manera”. Quienes comparten su forma de actuar generalmente consiguen lo que se proponen, pues se esfuerzan por llegar más lejos que otros. Son extrovertidos y toman decisiones sin pensarlo demasiado. Les emociona abrir brecha sin importarles los riesgos. Erikson se refiere así a ellos: “¿Quiénes hablan más alto? Los rojos. ¿Quiénes se lanzan apasionadamente a explicar cualquier cosa? Los rojos. ¿Quiénes responden con mayor rapidez las preguntas? Los rojos”. ¿Cómo se ven a sí mismos? Se perciben ambiciosos, decididos, competitivos, resueltos, independientes, persuasivos, tenaces, enérgicos y centrados en el resultado.
LA CONDUCTA AMARILLA. Para los amarillos, la vida es una fiesta, ya que, ante todo, la gozan y disfrutan ampliamente. Son positivos y saben contagiar su optimismo, por lo que resulta difícil impacientarse con personas así. Dada su naturaleza intuitiva, son capaces de tomar decisiones sin recurrir a argumentos racionales. Valoran las relaciones interpersonales y se entusiasman con facilidad. Su enorme energía los lleva a mostrar interés y curiosidad por todo. Se mueven con facilidad en las redes sociales y se precian de tener amigos por todas partes. Se ven a sí mismos como personas abiertas, flexibles, creativas, convincentes, entusiastas y comunicativas.
LA CONDUCTA VERDE. Los verdes son personas serenas, tranquilas y consideradas. De los cuatro, es el estilo de personalidad que más abunda. Si bien son menos activos que los amarillos y los rojos, es fácil relacionarse con ellos, pues no exigen demasiado y se conforman con poca atención. Cuidan de sus relaciones sociales y su espíritu solidario los lleva a disfrutar enormemente el trabajo en equipo. Son fieles a sus amigos y les ofrecen un hombro sobre el cual llorar. Se sienten cómodos siguiendo la rutina, por lo que evitan los riesgos y se resisten a los cambios. Se ven a sí mismos como personas sociables, dignas de confianza, consideradas, estables, discretas, atentas, pacientes, accesibles y en paz consigo mismas.
LA CONDUCTA AZUL. Los azules son personas lógicas y les gusta tener las cosas bajo control. Son observadores y analizan cuidadosamente las situaciones antes de atreverse a opinar, de ahí que siempre tengan la respuesta correcta. Al igual que los verdes, son modestos y poco pretenciosos; sin embargo, a diferencia de estos, tienden a ser introvertidos y a mantener su distancia; de ahí que no se sientan cómodos mostrando sus sentimientos. Se esfuerzan por hacer bien las cosas debido a su naturaleza reflexiva y metódica. Erikson se refiere a ellos así: “Tienen los pies en el suelo y emplean su espíritu crítico para decidir si algo es realista o no”. Se ven a sí mismos como personas minuciosas, modestas, precavidas, independientes, precisas, sistemáticas y ordenadas.