Estamos ya en el último mes de las campañas electorales y, como era de esperarse, nada de propuestas, nada de estrategias, nada de políticas públicas… solo verborrea.
Hemos visto dos encuentros televisados entre quienes aspiran a la presidencia y nada que valga la pena. Esos que llaman debates, pero que están muy lejos de serlo, solo han servido para que aquellos miles de personas casadas con sus figuras ratifiquen su posición. El imperio de la posverdad.
Como era de esperarse, desde el púlpito de Palacio Nacional y haciendo uso de recursos públicos, el presidente se desvive por agredir verbalmente a sus oponentes y lo disfraza, como siempre, de su derecho de réplica, porque, como suele hacerlo, se pone en el papel de víctima.
Pero eso ya lo sabíamos.
Lo que no deja de llamar la atención es cómo los medios han ido radicalizando también sus coberturas y sus espacios editoriales, y se acusan exactamente de lo mismo.
Los medios aliados del presidente le dedican a su candidata primeras planas y más minutos en la radio y televisión pública que a la otra y al otro candidato. Los medios aliados de la principal opositora hacen lo mismo.
Los medios privados serán cínicos, manipuladores y parciales, pero no dejan de ser medios privados, pero a los medios públicos los pagamos con dinero público y eso constituye actos deshonestos e inmorales de usar recursos de la Nación para hacer propaganda, porque de periodismo, nada.
Hay medios que están haciendo una cobertura más imparcial, con mayor análisis de las pocas ideas que han presentado las candidatas y el candidato, y sobre todo tratando de poner en contexto la realidad del país y lo que le dejará el actual gobierno al siguiente.
Hay medios que están verificando el discurso público de quienes aspiran a la presidencia, a los gobiernos locales y a otros cargos de elección y eso ayuda a que el electorado tenga más información y tome la mejor decisión el 2 de junio.
Claro que este esfuerzo informativo no es para todo mundo, porque ya hay amplios sectores del electorado mexicano al que no le importa lo que vean en la prensa. Su decisión está tomada más por sus filias y fobias que por su capacidad de reconocer los tinos y errores de las personas que están en campaña y de los gobiernos que están por concluir.
Y lo que resta de las campañas no veremos muchos cambios, aunque los medios que están haciendo bien su chamba bien pueden concentrarse ahora en analizar cuáles serán los retos del próximo gobierno en función de lo que tenemos ahora.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:05 h, por Radio Educación.