En diciembre de 1994, la Organización de las Naciones Unidas declaró el 9 de agosto como el Día Mundial de las Poblaciones Indígenas. El objetivo era visibilizar a este sector de la población que aglutina a por lo menos 200 pueblos originarios en más de 100 países.
A tres décadas de distancia, los pueblos indígenas y originarios siguen siendo pobres; de hecho, la totalidad de estas comunidades agrupa, por sí sola, el 15 por ciento de los pobres del mundo y sigue fuera de la agenda pública.
En México se habla de pueblos indígenas cuando queremos hablar de fiestas y folclor, o cuando los usamos de ejemplo para ilustrar la pobreza.
El presidente habla de indígenas y, fiel a sus generalidades, dice que son pueblos trabajadores, honestos y colaborativos, pero son personas como cualquiera y también hay quienes asesinan, roban, cometen actos de corrupción o impulsan conflictos intercomunitarios que llevan décadas sin resolverse.
La euforia del neoindigenismo que provocó el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional hace 30 años se ha ido evaporando.
En 1997 se aprobó la “Ley general de derechos de los pueblos indígenas” y el propio Estado mexicano no la cumple: ignora lo que establece esta ley de garantizar acceso a pueblos y comunidades indígenas a medios de comunicación masiva.
En muchas regiones indígenas del país operan decenas de radios piratas que deben mantenerse en la clandestinidad porque el gobierno no les da facilidades para contar con registro o acceso a equipos y financiamiento.
El Estado mexicano sigue negando el acceso a medios, recursos y tecnologías para que los pueblos originarios sean dueños, operadores y generadores de contenido de sus propios medios, sean impresos, radio, televisión o plataformas digitales.
A inicios de este siglo se aprobó la “Ley general de derechos lingüísticos de los pueblos indígenas”, que tampoco se cumple. Los gobiernos municipales, estatales y el federal no difunden información en lenguas originarias como lo establece esta ley, que reconoce a cada lengua indígena como lengua nacional igual que el español.
Adicional, medios y periodistas siguen haciendo periodismo sin enfoque de derechos, sin considerar a los pueblos como generadores de información de interés público y prefieren seguir con su periodismo de efeméride o refiriéndose a este sector de la población solo cuando hablan de pobreza, cuando hay una tragedia por el paso de un fenómeno natural o cuando hay masacres en sus territorios.
PD. Claudia Sheinbaum confirmó que continuará con el evento matutino disfrazado de conferencia de prensa, con el mismo horario y el mismo formato con que se ha conducido Andrés Manuel López Obrador. Para ella será una regresión, porque siendo jefa de gobierno de la Ciudad de México sí ofrecía conferencias de prensa, sí respondía a preguntas y cuestionamientos de periodistas profesionales, pero ya no será así.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:05 h, por Radio Educación.