“Yo no quiero que me digan vendida”, fue el reclamo que la semana pasada una de las reporteras que colabora conmigo hizo, junto con otros compañeros, a “agitadores” y simpatizantes de Morena, quienes amparados en el “membrete” de una “asociación” denominada “Ciudadanos Indignados” los han insultado, agraviado y humillado durante las coberturas de sus manifestaciones en contra del gobierno estatal… y ellos “han aguantado vara” porque están comprometidos con su profesión.
¡Aplaudo y me solidarizo con su valentía, pero no podemos permitir la normalización de esta hostilidad, que se suma a la ya de por sí complicada lucha diaria para acceder a la información de diversas instancias gubernamentales!
¡Ya basta de que se pisoteé el ejercicio periodístico y la dignidad de las y los periodistas en un país en el que -según datos de Artículo 19-, en promedio, cada 16 horas una persona periodista o medio de comunicación es agredido en el marco del ejercicio de su labor!
El domingo 11 de agosto, durante la manifestación en la Alameda, los morenistas advirtieron: “Ahora nos toca el turno a Querétaro de destruir el cerco informativo”. ¿Cuál cerco informativo si a cuanta rueda de prensa o manifestación convocan se envía a reporteros?
¿Debemos entender esto como una amenaza de que incrementará en la entidad la violencia contra las y los reporteros, además de los constantes abucheos y gritos de “chayoteros” y “corruptos” mientras realizan su labor?, si ese es su concepto ¿para qué citarlos entonces?
Casualmente, el mismo día de la semana pasada en que surgió el reclamo local a los morenistas, la periodista Reyna Haydée Ramírez (quien en diversas ocasiones ha sido “castigada” y no le han permitido el acceso a la mañanera por hacer preguntas incómodas) hizo lo propio al exponer ante el principal responsable de este ensañamiento contra periodistas: Andrés Manuel López Obrador, la “cuota de humillación” que debe pasar por hacer su trabajo.
“Yo quiero decirle, presidente, que usted también se ha quejado aquí, o a exhibido aquí a las personas del otro bando, de los opositores, que ellos les llamó usted ‘de pensamiento fanático’. No sé si recuerda usted, que le dije que también del bando de usted había personas con pensamiento fanático (…) porque yo quiero que escuche usted algo que hicieron estas personas (…); periodistas que criticamos también recibimos agresiones y le voy a poner una que yo recibí”, dijo mientras reprodujo en su celular un video:
VOZ HOMBRE: “¡Chayotera! Tómame, a mí me vale gorro que me tomes”.
VOZ MUJER: “¿Cómo se llama?”.
VOZ HOMBRE: “Te vale gorro. ¡Eres una chayotera! Nadie te apoya, eres una maldita chayotera. Pensabas que no te íbamos a conocer; te conocemos, eres una chayotera”.
VOZ MUJER: “¡Chayotera! ¡Chayotera!”.
-“Eso me pasó el 2 de junio, se refieren a mí, me están gritando a mí”, acotó ella; “Yo ni cuenta me había dado que me gritaban a mí. Aquí afuera, el día que usted votó, allá afuera estaban estas personas, la mayoría de la tercera edad, que eso es muy lamentable, y me empezaron a gritar eso y a ofenderme. Me tuvo que rescatar la policía porque me persiguieron casi hasta media plancha del Zócalo. También hay fanatismo, el pensamiento fanático del lado de usted, presidente. Por eso debería de ser parejo. Si les hace un llamado a los otros a que se serenen, a que se calmen, a que lo superen, que les ponga la canción, pues a estos también, presidente, porque yo estoy en riesgo por esta razón, ahora cualquiera me ataca en la calle. El otro día, en el correo, una doña venía con su bastón; yo sentía que casi me pegaba, porque lo defienden a usted, a un político. Yo entiendo, presidente, que usted tiene muchísimo carisma, que tiene muchísimo, que muchas personas lo aman y le agradecen, y están con usted por haber llegado aquí; pero usted polarizó a la sociedad, la polarizó, y tenemos esto. No sé qué pueda usted hacer ahora (…), pero si a mí algo me pasa, pues yo pienso que el responsable es usted”, señaló.
-“¿No te parece que ya?”, le respondió López Obrador.
-“Pues no sé. ¿Tiene algo que decir al respecto, presidente?”, reviró ella.
-“Sí, pero ya porque, si no… Ya vámonos a desayunar, ¿no?”, agregó él.
-“¿Usted tiene algo que decir al respecto o nada, presidente?”, insistió ella.
-“Nada, nada, nada”, sentenció el presidente.
-“¿No? ¡Ah! bien, entonces”, acotó la periodista.
Y mientras seguía hablando, periodistas atrás de ella comenzaron a hacer expresiones en su contra; ante lo que la reportera dijo:
– “¡Ah! estos son sus paleros, presidente, los que se ponen. Hay un bloque de paleros aquí”.
-“Tranquilos, tranquilos”, exclamó el ejecutivo federal.
– “¿Por qué me están callando?”, reclamó ella.
-“No hay que caer en ninguna provocación de nada. Hay que ser tolerantes; más que nada, respetuosos”, agregó AMLO.
-“Ah, bien. Entonces, ese grupo de choque que usted tiene aquí es para atacar a los reporteros que cuestionan”, aseveró ella.
-“Puro guardaespaldas”, concluyó él.
… Toca el turno a Querétaro, ya lo advirtieron.
