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miércoles, marzo 5, 2025
    GURÚESCuando elevar vulnerabilidades se vuelve una decisión irresponsable

    Cuando elevar vulnerabilidades se vuelve una decisión irresponsable

    En este espacio hemos dicho muchas veces que la primera línea de defensa de cualquier periodista es hacer bien su trabajo.

    Lo he repetido en eventos públicos, en cursos, talleres y conferencias en las 32 entidades del país y en las discusiones que durante años hemos tenido para promover leyes de protección.

    Hacer mal nuestro trabajo eleva nuestras vulnerabilidades. Publicar información no verificada, no confirmada, sin sustento documental ni evidencias, es como dedicarse a reproducir rumores, chismes y meros dichos.

    El periodismo profesional se hace a partir de datos, no de dichos y menos de suposiciones.

    A la par de esto hay que recordar siempre el daño que ha hecho al periodismo la absurda definición de “periodista” que se incluyó en la “Ley de protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas”, una definición por la que, de manera irresponsable, presionaron organizaciones de la sociedad civil que no están conformadas por periodistas, con el argumento de “ser incluyentes”.

    Gracias a esta definición, cualquier persona es periodista y eso es mentira.

    El derecho a la libertad de expresión es un derecho humano que les pertenece a todas las personas y todas las personas por igual tienen el mismo derecho a expresarse, a decir, a opinar, a publicar lo que les venga en gana, pero eso está muy lejos del periodismo.

    La libertad de expresión no es patrimonio de periodistas, pero tampoco es lo único que hacemos quienes nos dedicamos a esta actividad.

    El periodismo exige documentar, verificar, contrastar, comprobar y confirmar hasta el último dato que ayude a explicar la realidad. Quienes sólo publican en plataformas sociodigitales no tienen este compromiso.

    Pero como la ley los reconoce como periodistas sin serlo, entonces se hacen personas merecedoras de los beneficios de la protección que debe brindar el Estado.

    Por eso, en años recientes el Mecanismo de protección de la Secretaría de Gobernación y los mecanismos en los Estados han tomado casos de personas que son simples generadoras de contenido en plataformas digitales.

    El Estado mexicano ha gastado recursos en atender agresiones e incluso asesinatos de personas que hacían publicaciones en Facebook, YouTube, TikTok, X, Instagram, etcétera, en el libre ejercicio de su derecho a la libertad de expresión, pero absurdamente considerándolos periodistas, lo cual es mentira: no son periodistas.

    También hay casos de colegas que ejercieron periodismo profesional, pero dejaron las filas de medios legalmente conformados y trasladaron su actividad a las mismas redes sociodigitales. Olvidan que Facebook no es un medio, ni YouTube ni TikTok ni Instagram… Estos colegas olvidan que no hay un medio que los respalde y eso eleva sus vulnerabilidades, y más si dejan de hacer periodismo elemental; insisto: verificar, confirmar, contrastar, etcétera.

    Hay muchos casos recientes de víctimas de agresiones y hasta asesinatos, pero esas víctimas no son periodistas… Aunque haya quien se enoje, no son periodistas.

    *********

    *Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:05 h, por Radio Educación. Integrante del Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación.

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