GURÚES

La vieja y la nueva política

¿Cómo están? Me da mucho gusto saludarlos a través de “Códigoqro” este martes 18 de marzo y más, por poder compartir con ustedes en esta columna.

La vieja política de los años de 1990 a 2000 fue ese cáncer que no vivieron las nuevas generaciones de políticos, que en gran mayoría hoy son jóvenes con talento, dedicación e inteligencia para dirigir cabalmente un gobierno, ya sea municipal o estatal, o para tener cargos en la administración pública federal.

Prueba de ello han sido gobernadores como el de Nuevo León, Samuel García, y políticos que todavía se salvan, como Enrique Alfaro, en Jalisco.

Y qué decir de la posición de regidores que en muchas ciudades del país son muy jóvenes, habiendo algunos de 18 años, lo mismo que alcaldes, de 35 a 40 años, muchos de quienes todavía no están contaminados de la vieja política, un claro ejemplo de la cual fue la entrega de municipios como San Juan del Río, en 1994, donde, por consigna de los partidos, dirigentes estatales del PRI se sentaban para renunciar al ganador en elecciones municipales y entregar así de fácil una alcaldía.

Hubo viejos dirigentes estatales que en su momento el Partido Revolucionario Institucional presumía como su talento y que hoy, esos mismos “viejos políticos”, quieren darles lecciones a los jóvenes, pero se han topado con pared.

Esto se debe a que hoy la nueva generación en la política presume de perfiles preparados, no solo en lo académico sino también en la experiencia, pues desde muy temprana edad levantan la voz y participan con un objetivo claro y contundente: mejorar las condiciones de la vida de la gente a través de nuevos mecanismos que mejoren la aplicación de los recursos públicos.

Sin embargo, hoy la pluralidad de ideas, de partidos y sobre todo de pensamientos ha hecho que existan debates importantes entre ideas nuevas e innovadoras contra ideas de antaño inútiles hoy para hacer política. Actualmente estamos inmersos en un mundo globalizado donde no nada más hay avances tecnológicos, sino también en la manera de hacer política, lo que hace necesario dejar atrás esos pensamientos anticuados y, en algunos casos, “rancios”, tomando, por supuesto, la buena experiencia de las cosas bien logradas.

Algún día, Porfirio Muñoz Ledo aceptó aprenderles a los jóvenes, llamó a que aprendiéramos las cosas buenas y les enseñáramos a los nuevos políticos a tejer fino, a no copiar a esos viejos políticos resentidos y frustrados, como hoy en día hay varios, que se sienten que todo lo saben y que solo les gusta gritar y no debatir, pero, además, ofender, pensando que les ganan el paso en la política.

Y es que sí, les han ganado, ya que las formas de hacer política de ellos eran las de los tiempos de la corrupción, como la de Durazo, aquel viejo policía.

Considerando esto, los invito a seguir de cerca a esta nueva generación, que está muy cerca de convertir la forma de hacer política. Querétaro cuenta con perfiles muy interesantes que, pese a su corta edad, han demostrado que las cosas se pueden hacer y bien.

Hoy vivimos una condición sin igual, hoy tenemos la oportunidad de darle un voto de confianza a esta nueva camada de jóvenes que, con miras a la elección más grande de nuestro estado, tienen el objetivo claro: cambiar las condiciones de vida de la gente.
Sigamos con el rumbo correcto y continuemos con el orden que tanto merece nuestra tierra.