¿Cómo están, amigos de “Códigoqro”? Me da mucho gusto saludarlos en este martes, en que prácticamente arrancamos la semana y ahora, con mucho que platicar con ustedes de lo que prácticamente es Querétaro en la actualidad… o de que quieren acostumbrarnos a tener otro, un Querétaro como otros estados de la República, donde, claro, ya saben quién gobierna y de qué forma lo hace, donde se generan el caos y la desinformación, y solo unos cuantos quieren tener la razón histórica para dejarnos con un concepto totalmente diferente de lo que es hoy la política en Querétaro.
Y es que hablar precisamente del viejo Querétaro es recordar a los ambulantes que tomaban las calles de nuestra ciudad prácticamente todos los días de la semana, donde dos personas que insistían en vender en la vía pública simplemente ponían dos cajas de cartón y presionaban a las autoridades para que les dieran permisos, y vendían en la vieja alameda, esa que fue rescatada después por Francisco Domínguez como gobernador y que a la fecha podemos disfrutar sin ningún problema con nuestra familia, con una nueva imagen que es un referente histórico de precedente y de posible futuro para nuestras generaciones.
Pero el caso en concreto es ver cómo hoy las manifestaciones quieren ser una punta de lanza nuevamente en este Querétaro, donde un grupo de un partido político de izquierda, llamado Morena, quiere arrebatarle la tranquilidad a Querétaro, quiere arrebatarle su seguridad, y piensa gobernarlo como en Michoacán o Sinaloa, o ¿qué me dicen de Campeche o Tabasco?, ¿o de Quintana Roo, que dejó de ser un paraíso turístico para miles de personas?
Hoy quieren que nos acostumbremos a vivir entre manifestaciones para obligar a la autoridad municipal y estatal a tener exigencias superiores a las que están acostumbrados.
La estrategia de Morena es sencilla: desestabilizar el estado en primer lugar a través de redes sociales y un diputado federal está haciendo lo suyo desde hace un par de años.
Cuando fue rector de la máxima casa de estudios de Querétaro, ya estaba acostumbrado a manipular a la gente con una sola razón: tener y seguir teniendo el poder, como el rey que se sentía dentro de la UAQ; porque basta recordar cómo maltrató y siguió maltratando a los trabajadores de su propio plantel educativo, o cómo les cerraba las puertas a los maestros jubilados, pues solamente él, Gilberto Herrera, quería tener la razón; sin ser abogado, quería emitir su propia ley y así solo cansar a los maestros y trabajadores. Al final, unos cuantos maestros murieron en la lucha, en esa lucha interminable que siguen dando desde su cuartel general.
Ahora vemos a Gilberto Herrera, posicionado como diputado federal de este partido político que viene a romper la tranquilidad de Querétaro con marchas, tratar de justificar que tiene la razón ahora en materia laboral.
¿Qué piensa él que tiene la razón? Es el patrón y no el trabajador, que las luchas sindicales no sabe que se iniciaron con la falta de capacidad de negociación del patrón sobre los trabajadores y que por eso existen los sindicatos y sus luchas en los contratos colectivos de trabajo, esos contratos colectivos de trabajo que ya existían cuando Gilberto Herrera quiso ser rey de la UAQ, esos contratos colectivos de trabajo que hoy en día el patrón debe respetar, sea quien sea, porque así le toca negociar al gobernador con sus trabajadores como le toca negociar a una empresa internacional las condiciones de trabajo que deben tener. Y hoy en día vemos que Gilberto Herrera manipula a la gente y la trata de convencer para que solamente 80 personas lleguen a las instancias de negociación, con un total y rotundo fracaso.
El caos que está generando Gilberto Herrera no es nuevo para muchos y el historial de Gilberto, tampoco. Se deben preguntar al interior de este partido político qué representa Gilberto Herrera, que tanto daño les está haciendo, porque en Querétaro no buscamos ni queremos situaciones del pasado que vengan a romper su tranquilidad y queda claro que a Gilberto Herrera no le interesa Querétaro ni mucho menos su gente, él ya lo demostró con sus pésimas negociaciones laborales, pero al final la historia lo juzgó con un laudo laboral en su contra, en el que por primera vez un patrón fue sentenciado por no respetar un contrato colectivo de trabajo y ese fue Gilberto Herrera, y eso es lo que no supera en su historial político, porque el académico deja también mucho que desear.
Querétaro no debe convertirse en el caos social que quiere Gilberto Herrera, Querétaro no lo puede permitir.