¿Cómo están?, me da mucho gusto saludarles en este martes 8 de abril, un día exactamente igual a aquel en que hace un año se definía a quien sería el abanderado de Morena para la capital queretana.
El título de la columna de hoy ya muestra que quiero platicarles un poco del fracaso llamado Chema Tapia, quien primero hizo revuelo en torno a su candidatura, sobre todo por saber quién era José María Tapia y cómo había llegado a Querétaro para poder ser candidato a la presidencia municipal, porque, de entrada, no es queretano, no ha hecho vida política en Querétaro ni mucho menos estaba en la sensación de la gente para que pudiera tener la candidatura de Morena o del Partido Verde, y a decir de muchos solamente se hubiera quedado con la candidatura del Verde y no de Morena, ya que pasó por encima de militantes que querían la candidatura y la habían peleado bastante durante años.
Pero Chema Tapia insistió hasta el final para apoderarse de la candidatura de Morena, logró convencer a las esferas grandes de ese partido político de darle la candidatura, claro, sin importarle en lo más mínimo pisotear los estatutos de su partido político y pasando por encima de cualquiera de los militantes de Morena, partido al que le ha costado trabajo crecer en Querétaro y esperar una oportunidad.
Un año antes solamente se imaginaba la candidatura de Arturo Maximiliano García, que en ese momento seguía de notario público, pero que tenía el antecedente muy claro de haber contendido en el proceso electoral de 2021, y teniendo votos necesarios para poder contender en la elección de 2024 y, con la ayuda nacional, podía lograr muchos más votos de los necesarios para posicionar a Morena como la primera fuerza política en Querétaro.
Pero la soberbia y la arrogancia de las oficinas gubernamentales en la Ciudad de México decidieron que José María Tapia sería el candidato a la presidencia municipal, no importando lo que había hecho en el Fondo de Desastres Nacionales en conjunto con su jefe Enrique Peña Nieto, y pese a conocer su origen priista y su paso por el Senado de la República y por el Partido Verde, siendo el suplente del yerno de Mario Fabio Beltrones, una de las gentes más importantes del priismo nacional, y, además, uno de los colaboradores muy cercanos en ese momento al priismo que tanto odia Morena. Con todo eso, Chema Tapia fue el candidato a la presidencia municipal.
Ya siendo el candidato, José María Tapia conformó un equipo de trabajo del viejo PRI, de todos aquellos personajes resentidos con la política y malagradecidos con lo que el priismo queretano les había dado; muchos de ellos se fueron de candidatos a regidores y diputados locales.
Hasta eso José María Tapia es agradecido con sus amigos y los colocó en puestos claves donde también pasó por alto las militancias del Partido Verde y de Morena, pero en todo se le decía que sí a Chema Tapia, nada se le podía negar, le estaba pagando todo a Morena, y también al Partido Verde, como esos espectaculares que nunca había hecho una publicidad en el municipio de Querétaro, miles de bardas de Morena que tampoco se habían colocado en los menos de seis años previos y qué decir del pago de las lonas en cada casa del municipio…
Esa era la estructura de Chema Tapia, eso estaba acostumbrado a hacer y lo único que le faltaba era revisar la estructura que le habían prometido esos viejos priistas, esos viejos priistas que a la fecha no han demostrado ningún trabajo político y que llevaron al fracaso a José María Tapia.
El fracaso no fue de Chema, sino de su equipo de trabajo, que lo engañó al decirle que ganaría la presidencia municipal de Querétaro, y el engaño fue tanto que José María Tapia no quiso ser regidor, que era la posición que le tocaba al perder, ya que se aseguró una regiduría al porcentaje de votos obtenidos, y ese fue el fracaso de José María Tapia y ese también fue el fracaso de todo su equipo de campaña.
Así que José María Tapia no puede estar del todo enojado consigo mismo, ya que participaron muchos en la derrota: los diputados locales nunca le hicieron una campaña al candidato a presidente municipal, cada quien “jalaba agua para su molino”, como dice el dicho.
Entre sus colaboradores debe de haber un cargo de conciencia al haber engañado a su jefe, al decirle con números falsos que tenían gente para poderle ayudar; por eso el fracaso de José María Tapia quedará en la historia de las elecciones de este Querétaro como el del candidato del fracaso y del engaño, y el del cantidades de dinero que jamás sabremos cuánto es.
jlaguilerarico@gmail.com
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