De acuerdo con un recorrido que se hizo por varias líneas de transporte, se pudo constatar que algunos de los pasajeros y operadores no usan cubrebocas y pocas veces utilizan el sanitizante de manos
Algunos operadores del transporte público urbano y suburbano sin cubrebocas, así como ciertos usuarios de ambos medios de transporte sin ninguna protección en la nariz y boca, son parte de lo que se vive actualmente en este servicio, aun cuando el gobierno federal decretó el inicio de la Fase 3 de la epidemia de Covid-19 en el país, el pasado 21 de abril.
Lo anterior pudo ser constatado durante recorridos realizados este lunes en la línea Transporte Suburbano Querétaro Apaseo (tramo La Estancia-estación Jardines), en la ruta 1 de Qrobús (tramo estación Jardines-estación Carretas) y en la ruta 121 (tramo estación Carretas-Terminal de Autobuses de Querétaro), además de que no todos los usuarios utilizan el gel sanitizante disponible.
En el caso de la mencionada línea de transporte suburbano, a pesar de que mediante un aviso dirigido a los pasajeros se les informa sobre el “uso obligatorio” del cubrebocas a bordo de la unidad, algunos no lo utilizan, situación que tampoco es señalada por los operadores al momento de subir.
En otro aviso, también se les notifica a los usuarios que “por indicaciones de las autoridades, la unidad circulará con cupo limitado”; sin embargo, tal disposición no es llevada a cabo, ya que todos los asientos son ocupados, además de que no se describe qué espacios pueden utilizarse y cuáles no.
En lo que respecta a Qrobús, aunque las dos unidades abordadas contaban con sanitizante de manos, este pocas veces fue utilizado por el pasaje; además de que, de la misma manera en que sucede con el transporte suburbano, los usuarios no portaban cubrebocas o, en caso de traerlo, no fue colocado correctamente.
Con el inicio de la Fase 3, el Instituto Queretano del Transporte anunció una serie de medidas, que incluyen la limpieza y desinfección de camiones; el uso necesario de cubrebocas por todos los usuarios y operadores; evitar el uso de efectivo; limitar la ocupación de unidades a un máximo de 50 por ciento, y la instalación de cabinas protectoras.
