Manuel Edmundo Ramos Gutiérrez señaló que las consecuencias de la reproducción de los ciclos de violencia que parten de discursos de odio pueden ser catastróficas para los grupos vulnerables
En materia educativa debe garantizarse una formación de no discriminación ni discursos de odio; así lo manifestó Manuel Edmundo Ramos Gutiérrez, maestro en Estudios de Género, Identidad y Ciudadanía por la Universidad de Huelva, España, quien expuso que las consecuencias de la reproducción de los ciclos de violencia que parten de discursos de odio pueden ser catastróficas para los grupos vulnerables.
Por ello, dijo, es necesario que en las leyes locales se busque incluir desde la educación una cultura de no discriminación.
“Buscar en la ‘Ley de educación’ y en la de no discriminación algunas herramientas que se puedan incluir para contribuir desde esta educación y desde la ley, para que se trabaje, porque también es un tema cultural. Debemos aprender que si seguimos reproduciendo ciclos de violencia a partir de los recursos de odio, la violencia incrementa hasta puntos catastróficos para muchos sectores de la población”, expuso.
Y es que indicó que no solo la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales e Intersexuales (LGBTTI+) se ve afectada por estos discursos hirientes, sino también poblaciones como mujeres y jóvenes, que, por estereotipos, suelen ser altamente vulnerados. En consecuencia, subrayó, es importante que desde la infancia las instituciones garanticen límites a la discriminación a partir del lenguaje y los gráficos basados en discursos que propician violencia.
Así mismo, Edmundo Ramos hizo un llamado a quienes son víctimas de este tipo de agresiones a no caer “en la trampa” de contestar discursos de odio desde el enojo, sino desde la Constitución para cortar con los ataques.
“Las personas antiderechos con sus discursos de odio buscan llevar al límite principalmente a las juventudes, mujeres y personas (LGBTTI+), para que al ser lastimados con el lenguaje de prejuicios, contesten desde el enojo y entonces los señalen como intolerantes, justificando así el discurso de odio, discriminación y la violencia hacia dichos sectores de la población”, señaló.