Venden sus muebles para no deshacerse de sus herramientas de trabajo

Milagros Rangel Jacobo, quien forma parte de un grupo musical, se vio en la necesidad de vender su sala y comedor para poder sobrevivir a la situación económica por la falta de empleo

Ante la crisis económica por la que atraviesan diversos sectores de la población que aún permanecen sin reiniciar sus actividades por no ser considerados esenciales, hay quienes se han visto en la necesidad de vender algunos muebles para no deshacerse de sus herramientas de trabajo.

Este es el caso de Milagros Rangel Jacobo, quien forma parte de un grupo musical y que se vio en la necesidad de vender su sala y comedor para poder sobrevivir a la situación económica por la falta de empleo.

“Sé que es algo poco común, pero la verdad es que he preferido vender los muebles de mi casa que deshacerme de mi guitarra eléctrica, porque es mi herramienta de trabajo y al menos sé que, cuando todo esto acabe, podré volver a trabajar”.

Reconoció que al principio su esposo no estaba del todo de acuerdo, porque la compra de esos muebles fue producto del esfuerzo del trabajo de ambos, pero finalmente terminó por comprender que nada era más importante que el que su esposa regresara a trabajar en lo que más le gusta: la música.

“La verdad es que antes de tomar esta decisión me puse a vender gelatinas y pasteles, pero, aunque los promocioné y trate de vender con la gente que pasaba en la calle, me compraban muy poco y al final terminábamos comiéndonoslo para que no se echaran a perder”.

Recordó que también una amiga la invitó a vender productos por catálogo y, aunque empezó muy animada porque procuraba convencer a sus familiares y amigos para que le encargaran algo, no lograba acomodar ningún producto y la ganancia dependía de eso.

“Han sido meses muy difíciles, porque tampoco esto de las ventas por catálogo me funcionó, creí que sería fácil vender, porque tengo muchos amigos, pero realmente todos están muy gastados y prefieren economizar que comprar cosas que no necesitan”.

Por eso, dijo, optaron por vender la sala, el comedor y un mueble que usaban para poner libros; además, están pensando muy seriamente en vender la televisión.