El presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología, Marco Antonio Alcocer Gamba, puntualizó que cada año mueren mil personas por infartos en el estado de Querétaro
En Querétaro se registran anualmente mil muertes por infarto; sin embargo, si un paciente recibiera un tratamiento oportuno la cifra se reduciría a 200 decesos por año, reconoció Marco Antonio Alcocer Gamba, presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología.
“Si hiciéramos una regla de tres, en Querétaro cada tres horas una persona está teniendo un infarto y la mortalidad que está reportada de Querétaro a nivel nacional es del 24.7 por ciento, cuando la media nacional es de 26 por ciento; es decir, esta cifra es alta porque si el paciente tuviera la oportunidad de recibir la atención óptima del infarto, el riesgo de mortandad sería del 5 por ciento y en lugar de morir mil personas morirían solo 200 y nos ahorraríamos 800 decesos.
Refirió que problema de salud pública se debe, en gran medida, a que en Querétaro no existe una infraestructura hospitalaria que permita una atención oportuna.
“Ningún hospital público de Querétaro tiene equipo para realizar un tratamiento de reperfusión que es un tratamiento que busca desobstruir la arteria del corazón que se tapó; el único que hace este procedimiento es el ISSSTE, pero la población de derechohabientes es menos del 10 por ciento de todas las derechohabiencias y quienes tienen mayor cantidad de necesidades son el IMSS y la Secretaría de Salud que no cuenta con esto”.
Por ello, detalló, trabaja en una iniciativa de ley que ya le planteó a la diputada Karina Careaga Pineda, presidenta de la Comisión de Salud, en el Congreso local para que los hospitales públicos, centros médicos chicos y ambulancias cuenten con lo mínimo indispensable para atender este padecimiento.
“Buscamos que los hospitales públicos y ambulancias tengan un electrocardiograma, que trasladen al paciente y le den el medicamento que se debe dar para un infarto y cuando llegue a un hospital le den la reperfusión para destapar la arteria; desafortunadamente es una tecnología costosa y los hospitales públicos no lo pueden ofrecer”.