Cuando Luisa le dijo que dio positivo a Covid-19 y que también debería realizarse la prueba, Constanza no se espantó, al contrario, tranquilizó a su compañera y le dejó en claro que podía apoyarse en ella
A pesar del riesgo que implica convivir con una persona contagiada de Covid-19, hay quienes por una cuestión familiar e inclusive por amistad deciden estar cerca para apoyarla.
Este es el caso de Constanza Landeros Manríquez, quien desde hace un año y medio vive con Luisa, una joven a quien como hace poco le diagnosticaron coronavirus permanece aislada en la casa que comparten.
Constanza narra que la palabra miedo engloba toda la situación de emergencia que vive el país derivado de la pandemia y como reconoce que la mente es muy poderosa, en la medida de lo posible, evita sugestionarse.
“Trato de no pensar que voy a resultar positivo o que por cualquier cosa me voy a contagiar por eso es que en casa trato de cuidar los pequeños detalles; desinfecto más de tres veces al día las áreas comunes, limpio las manijas de las llaves del agua, las del baño, las de las puertas de los cuartos y de las de la entrada principal de la casa para evitar cualquier riesgo”.
Recuerda que cuando Luisa le dijo que dio positivo a Covid-19 y que también debería realizarse la prueba, Constanza no se espantó, por el contrario tranquilizó a su compañera y le dejó en claro que podía apoyarse en ella para lo que necesitara.
“Hasta hoy Luisa desconoce dónde pudo adquirir el virus porque por su trabajo sale mucho a la calle, y por su vida social y actividades realiza fuera de horario laboral tiene que salir, entonces no tenía una idea clara de dónde pudo contagiarse”.
Confiesa que incluso Luisa desconfió de ella por la convivencia diaria, porque ambas tienen que salir de casa, usan el transporte y comparten mucho tiempo juntas.
Dice que si bien se salió de casa una semana para realizarse la prueba, cuando dio negativo volvió a su domicilio y trató de apoyar a Luisa; y, sobre todo, hizo todo para no hacerla sentir discriminada al tener que estar aislada en su cuarto.
“La idea es que ella se sienta con la confianza de estar en cualquier parte de casa y más cómoda y que no sintiera que tiene que estar apartada o discriminada, así que nos turnamos el baño y las áreas comunes para que ella pueda estar cómodamente”.
